Este año el congreso de gastronomía Gastronomika de Donostia tiene un color italiano, una servidora está encantada de que sto ocurra por que Italia es uno de esos países a los que volvería siempre. Mi primer día por las entrañas del Kursaal han sido de lo mas variadas. He empezado mi día con las ponencias del auditorio, tengo que reconocer que este año estoy vendida por que me pierdo por ellos, por los italiananos (espero ver también italianas, no pierdo la fé de que las mujeres por fín sean visibles en la cocina).
La mañana ha empezado con un auditorio abarratoda hasta la bandera para recibir a Máximo Bottula y la presentación de ese maravilloso libro que lleva tan sólo (él ha usado esa ironía) 28 años preparando. “Never trust a skinny italina chef” (nunca confies en un chef italiano delgado). Me ha llegado su religión, su filosofía, “Módena es una tierra de la cocina lenta y los coches rápidos”. Me han llegado sus símiles entre los ferraris es la cocina, el fútbol y la vida, por que un cocinero no es sólo eso. Su visión de la vida y su cocina, “ser ligero como un pájaro y no como una pluma. Ligero para volar y no para caer”. A parte de su libro y su filosofía nos ha traido su cocina con su lasaña crujiente y un salmonete con langostinos salsa de tomates secos, aceitunas negras y alcaparras.
Seguimos con un auditorio expectante para recibir a Carlo Cracco con un marcado carácter del sur de Italia y una frase contundente, “el cocinero del sur tiene mas fuerza que el del norte”. Toda una declaración de intenciones de un cocinero con alma poeta con frases como “de la simplicidad viene la energía” o la “la diferencia está en el sabor y el crear un plato único”. Nos sorprende con un risotto con aromas cítricos, parmesano, crescenza y almendras.
Pino Cuttaia me ha ganado con su frase ” En la cocina no existen ingredientes pobres, lo rico lo ha creado el hombre no la naturalez”. Un cocinero que ama su país y es capaz de aunar norte y sur con un criterio único, el de hacer crecer su cocina. Nos presenta un carpaccio de anchoa, una merluza ahumada y un pulpo simplemente expectacular. El producto cercano siempre protagonista.
Mauro Uliassi lo podemos enmarcar en un alo de sentimientos que van mas allá de la cocina para hacernos traspasar los sentimientos, una frase lo engloba todo, “los sentidos imprimen recuerdo”. Sus platos se basan en la cercanía de de su restaurante con la baturaleza, con tan solo mirar a su alrededor puede ver mar y rio, monte y playa y eso se refleja en su cocina. Amante también de la cocina callejera, de ahí ve una manera de llegar a la gente joven sin que esto les lleve a comer snacks baratos y hamburguesas de baja calidad. Ve en streetfood una manera de llevar a la calle una cocina de calidad. Yo apunto que aqui políticos varios deberían tomar nota para facilitar lo que en otros paises es fácil y sencillo de hacer, al fin y al cabo la comida debería ser una manera fácil de llegar y educar a los más jóvenes, esos que serán los futuros comensales de muchos de los restaurantes que poblen nuestras ciudades. Terminamos la mañana con Gennaro Espósito y su valor a la metria prima, no quiere una cocina falsa. Se basa en la honestidad y el caracter respetando siempre la pureza del plato.
Y como todo no iba a ser auditorio me he ido a pasar un rato agradable con la gente de Quesos la Antigua que presentaban una serie de pinchos de cocineros nacionales y rusos. Me encanta poder ver a mujeres entre los cocineros, mujeres cocineras que parece ser que no son invisibles ni inexistentes. 6 pinchos han sido los protagonistas todos ellos con queso de La Antigua. Una torta de queso con boniato y jamón, una manzana de otoño con paté de hígado de conejo, un carapccio de menbrillo y queso con pimentón de la Vega. Tortita de salmón y queso con endrinas . Tabulé con langostinos, queso, lima y naranja con yogurt y cilantro de lacocinadelasilbi (el mejor para mki gusto) y terminamos con el postre con un queso con maracuyá, piñones caramelizados y miel de acacia. Un gran placer el cocnocer y degustar los quesos de La Antigua.
Para terminar mi primer día en el congreso gastronómico he ido a probar las pizzas del streetfood en los adelaños del Kursaal, la dehoy una pizza frita curiosa, nada ligera y espectacular. Aprovechen donostiarras que esto de la cocina callejera ya saben ustedes que no es ni muy habitual ni muy fácil de encontrar en nuestras calles. Esperemos que esto cambie por que el mundo cambia y nosotros deberíamos cambiar con él.
Mañana más gastronomía, más sabores, olores. Os lo contaré desde mis pies, por que yo soy de la calle, por que lo disfruto y eso es lo que os quiero trasmitir.