Adaptación del texto de Thomas Nybo
© UNICEF/2010/Nybo En el campamento del asentamiento de los Champs de Mars, en Port-au-Prince, Haití, un joven y su madre se adaptan a vivir en una tienda de campaña tras la destrucción de su casa por el terremoto. |
El informe ofrece una visión general de los progresos realizados hasta la fecha, así como una mirada crítica a los retos del futuro -todo con una visión programática a largo plazo-, con la esperanza de lograr una transformación real de Haití, con la infancia en el centro de la espiral de desarrollo.
La infancia en el centro del desarrollo
La infancia es siempre la población más vulnerable ante una emergencia como la sucedida en Haití. De cara al futuro, Edward Carwardine, Jefe Interino de la Comunicación UNICEF en Haití, declaró que es fundamental dedicar todos los esfuerzos necesarios a la “recuperación de los niños, situando a la infancia a la cabeza de la agenda a medida que avanzamos hacia adelante, que nos aseguremos de que sus voces sean escuchadas, que sus necesidades sean identificadas y claramente, que se respeten sus derechos a medida que avanzamos hacia adelante.”
Sobre el próximo informe, el Sr. Carwardine adelantó que “trata de resumir lo que ha logrado, pero también identifica las necesidades que siguen suponiendo un posible riesgo, donde existen todavía lagunas y muchos retos que asumir por y para la infancia y la adolescencia.”
La educación, la nutrición y la protección
La educación es una de las tres áreas clave que UNICEF ha identificado como cruciales para el futuro de los niños y niñas de Haití. Hasta la fecha, UNICEF ha distribuido cientos de “escuelas en una maleta” y kits escolares para 1.400 tiendas de campaña aulas temporales.
“Se trata de garantizar la educación para cada niño: una educación inclusiva, una educación que no presenta barreras u obstáculos a los niños para volver a la escuela”, dijo Carwardine.
Otro punto central de actuación es el garantizar la nutrición de los niños y niñas, principalmente menores de 5 años, con especial atención a los menores de 24 meses por los riesgos que suponen para su desarrollo físico y mental- que ya antes del terremoto se encontraban en situaciones muy precarias, con alarmantes casos de desnutrición.
“El tercer ámbito es la protección”, añadió. “No se trata sólo de proteger a la infancia en estos tiempos difíciles, es también asegurarnos de que hay sistemas y estructuras en el lugar. Una red de seguridad a largo plazo para los niños que garantice que sus derechos están protegidos”. En ese sentido resalto la importancia de realizar todos estos procesos de una manera amigable, que prime el bienestar de la infancia y adolescencia, ya sea mediante políticas públicas, proyectos o servicios”.
Una nueva oportunidad para la infancia
Para ayudar a crear ese entorno, más de 19.000 niños haitianos son atendidos cada día a través de espacios amigables para niños y actividades recreativas con el apoyo de UNICEF y sus aliados.
El enfoque definido por UNICEF que prioriza la educación, la nutrición o la protección, a fin de cuentas, todo el trabajo que se está realizando está orientado en una sola dirección: la creación de un Haití apropiado para los niños, niñas y adolescentes.