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La historia de Bianca: El deporte saca lo mejor de mí

Por Jill Van den Brule desde Carrefour, Haití

Bianca Luchia, susurra mientras por sus mejillas corren lágrimas. Se agacha para coger el dobladillo de su larga falda de cuadros para limpiarse sus tristes ojos llenos de pestañas rizadas. La vida ha cambiado drásticamente para esta larguirucha niña de 12 años que perdió a su hermana de 16 años en el devastador terremoto del 12 de enero. “Ahora soy la hermana mayor” dice.

Desde que murió su hermana, Bianca ha asumido más responsabilidades en su casa. Esta preadolescente es ahora la hermana mayor de la familia. Además de ir al colegio, ella hace la colada y ayuda a su madre con la comida para su hermano de 8 años y su hermana de 9. “A veces tengo que preparar la cena para toda la familia. No es fácil para mí hacer todas estas tareas tras volver del colegio andando una hora. Estoy tan cansada”.

El deporte me ayuda a olvidar
El patio del colegio ‘Nuestra Señora de la Asunción’ es diferente de casi todos los colegios de Haití cuyas zonas recreativas están muy limitadas por falta de espacio. Los patios de colegio, donde antes jugaban niños, están ocupados ahora por tiendas de campaña desde que las escuelas desaparecieran por el terremoto. Aquí sin embargo, hay muchos niños correteando en camiseta, dedicados a todo tipo de deportes y actividades organizadas desde judo, balonmano, gimnasia, fútbol hasta torneos de ajedrez.

El colegio, que tiene alrededor de 2.800 alumnos, recibe apoyo de uno de los aliados de UNICEF, el Comité Olímpico Haitiano. Más de 44 monitores se aseguran de que cada niño tenga al menos una hora de deporte al día. “Mientras juego no tengo tiempo de pensar en la muerte de mi hermana” dice Bianca con tristeza. Desde el devastador terremoto del 12 de enero de 2010, cerca de 1.000.000 de niños han perdido sus casas y están desplazados.

En Haití, el deporte es una de las muchas maneras de ayudar a los jóvenes a superar el trauma que han experimentado y darles cierta sensación de normalidad. “El deporte es una actividad recreativa, pero también es fundamental para construir confianza en uno mismo y aumentar la sensación de bienestar psicológico” dice Stephane Rebu, asistente de coordinación. “También usamos el deporte para transmitir mensajes importantes sobre VIH/SIDA, planificación familiar y medioambiente, cuestiones clave para los adolescentes” dice Michel Fline, coordinador de programa.
 
El deporte saca lo mejor de mí
Aquí los niños no sólo aprenden los valores fundamentales como el trabajo en equipo, la equidad y la ciudadanía, sino que también los ponen en práctica. Los jóvenes aprenden a llegar más allá de sus límites. “Quiero ser piloto”, dice Bianca. “He leído un libro que explica las diferentes carreras y creo que sería un trabajo maravilloso. Me gustaría visitar muchos lugares nuevos. El primer lugar al que me gustaría llevar a mis hermanos pequeños es Miami y luego visitaremos el resto del mundo. Me siento mejor conmigo misma desde que practico deporte y es una manera de hacer nuevos amigos”.

Teniendo en cuenta lo que han pasado estos niños, practicar deporte les ha ayudado en su capacidad de recuperación y autoestima, además de darles una salida a las tensiones con las que se enfrentan en su día a día. “Ellos son capaces de desconectar de su realidad en tiendas de campaña y en campamentos y se liberan a través del deporte “, dice Stéphane.

solidaridad, infancia, protección

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