Diez maneras de entender las vacaciones | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Diez maneras de entender las vacaciones

 

 

El tiempo de ocio pagado y continuado, conocido como vacaciones, esos “días sagrados” de los anglosajones, no significa lo mismo para todos los trabajadores, ni mucho menos. Observando y picoteando aquí y allá he conseguido inventariar hasta diez formas diversas de entender este concepto.

 

1.- Tiempo de no hacer nada, pero nada de nada. Dormir con sueño, comer con hambre y hacerlo todo con ganas (si hay ganas, y si no, pues nada). Y quitarle la pila al reloj y la batería al móvil. Opción para elitistas y “raritos”. (Es la mía personal)

2.- Tiempo de hacer mil cosas que no se pueden hacer en horario laboral: pintar la cocina, acuchillar el salón, levantar un murete en la casa del pueblo, vaciar el desván, arreglar la bici, cambiar el aceite al coche, ordenar el trastero (y no sigo que ya me he cansado). Es decir, seguir trabajando.

3.- Tiempo de agobiarse saliendo fuera de casa previo pago –y nada barato- para estar peor que en casa. Dormir en una mala cama, cocinar en una cocina de quemadores de gas, ver una tele de tubo, ducharse en un retículo, sentarse en un sofá incómodo o –si es en un hotel- comer cosas que en casa no le daríamos ni al perro, aguantar la animación nocturna a base de canciones trasnochadas y acabar quemado y no solamente del sol. Es decir, sufrir.

4.- Tiempo de conocer países remotos o lugares exóticos coincidiendo con todos los que sólo pueden coger vacaciones en verano. Pagar el doble, disfrutar la mitad, cansarse el triple y jurar que una y no más santotomás. Es decir, más sufrimiento.

5.- Tiempo de desconexión total y absoluta. Ir a algún sitio sin GPS y sin whatsapp. Con dos mudas y el cepillo de dientes. A la naturaleza o a la ciudad, pero arrancarse la careta de diario y ponerse la de humano invisible. Opción nada desdeñable. (La utilizo de vez en cuando)

6.- Tiempo de visitar a la familia que vive en otra parte del mapa. Comienza con ilusión y acaba con otra sensación. Se suele jurar hacer un crucero al año siguiente. Opción evitable gracias al Skype.

7.- Tiempo de ir de crucero. Esta posibilidad no la comprenderé jamás a pesar de que los barcos de diez pisos van llenos hasta la bandera. Todo flota: el centro comercial, el gimnasio, la piscina, los bares y restaurantes, la peluquería, lo de los masajes y todos comen juntos en un comedor inmenso y duermen (casi juntos) en pequeños cubículos llamados camarotes. Opción inexplicable desde mi punto de vista.

8.- Tiempo de ver crecer las patatas en la casa del pueblo. Conlleva cansancio previo, durante y después. Hay que limpiar el coche para causar buena impresión y luego abrir la casa y volverla a airear y limpiar para que siga causando buena impresión. Normalmente los varones de la familia hacen sus planes –con los varones del pueblo- y las mujeres los de siempre: currar pero sin la tele de plasma. Opción muy común socialmente. A evitar.

9.- Tiempo de encerrarse en casa. Esta opción está cada vez más extendida. Corresponde a personas –casi siempre independientes afectivamente o sin familia al acecho- que dedican los sagrados días de las vacaciones para no ver a nadie más que en la tele o internet. Vacían el buzón cada dos días y llenan el congelador de colesterol y la nevera de cervezas y aledaños. Suelen desconectar el teléfono fijo. No saben no contestan. Opción especial misántropos y raritos.

10.- Tiempo de aprovechar para poner el trabajo al día, seguir llamando al despacho o contestando a las llamadas del jefe que no sabe cuándo llegan los cuadros eléctricos para la nueva instalación. Opción para sentirse imprescindible y seguir despertándose a las seis y media de la mañana. Suele traer problemas con la pareja (si se tiene) o con la estabilidad mental (si quedaba alguna).

Supongo que habrá muchas más maneras de llenar esas fechas del calendario que suelen pintarse de rojo.

Compartamos la nuestra con sonrisa…¡Que de todo se aprende en esta vida!

En fin.

LaAlquimista

Por si al guien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


junio 2014
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30