Siempre andamos dándole vueltas a esa vena de “ñoñostiarrismo” sin más fundamento que el aparente, presumiendo de que nuestra pequeña ciudad ha aparecido en alguna lista de lugares bonitos –publicidad pagada en muchos casos- e incluso nos permitimos “ser más chulos que los de Bilbao” con argumentos y eventos peregrinos e incluso superficiales.
Lo de la “capitalidad” no quiero apenas tocarlo aquí, fue fruto de la casualidad que conociera a dos de los componentes del Jurado que vinieron de Estrasburgo hace años a “echar un vistazo” y cuya amistad sigo manteniendo intermitentemente, por lo que tengo muy claro cuáles fueron los “méritos” de nuestra ciudad para alzarse definitivamente con tal “título”.
Pero no es oro todo lo que reluce, así que voy a hacer mi personalísima (y discutible) lista –me encantan las listas- de todo lo que me desagrada de Donosti.
Me desagrada la falta de amabilidad de muchos conciudadanos que van por la calle como apisonadoras (sobre todo cuando llueve y embisten con sus paraguas)
Podría seguir un rato más pero como corro el riesgo de ponerme de mal humor, lo dejo aquí, justo cuando tocaba empezar con el tema de la política… que en ese cenagal no me meto ni harta de vino.
Por lo demás, la ciudad, Donostia, preciosa, como siempre. Un regalo para los sentidos y un privilegio para sus ciudadanos porque la belleza no es monopolio de nadie sino de la Naturaleza.
En fin.
LaAlquimista
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