Últimos días en "mi otro mar" | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Últimos días en “mi otro mar”

Hablando con un amigo por teléfono –qué poco uso ese artilugio cuando estoy de vacaciones- me preguntaba respondiendo por mí (lo que tienen las preguntas retóricas) si no estaba harta de estar “tanto tiempo” lejos de mi casa, de mi ciudad, de mi gente y de “mi vida habitual”.
Pensé que no se enteraba de nada y así se lo dije: -“Te has puesto en mi lugar y piensas por mí y hablas por mí”, le espeté en legítima defensa, ya que no me gusta ni un pelo que se hagan suposiciones sobre lo que siento o lo que pasa por mi mente. Seguramente a él le horrorizaría estar lejos de su “zona de confort” durante un mes entero, mientras que otras personas –servidora misma sin ir más lejos- conseguimos transformar cualquier lugar en el que habitemos en “zona de confort”. Literalmente. Porque significa “sentirse segura, cómoda, protegida y sin conflictos a la vista”.

Al principio –hace muchos lustros- tenía que hacer un esfuerzo por adaptarme a otras costumbres, horarios, comidas e idioma, hasta que conseguí “mimetizarme” con el entorno y ser una más. Cuando estoy en “mi otro mar”, dejo de ser “vasca” y paso a ser “catalana”, y lo hago todo como lo hacen aquí, excepto bailar sardanas y comer calçots.

Estoy a gusto, me da lo mismo que no haya pintxos en los bares (por dios, qué banalidad), me importa muy poco no escuchar la parla vasca ni ver a gente con txapela; no añoro las txuletas, ni el txakoli, ni la trikitrixa, ni “el marco incomparable” y ni tan siquiera leo la prensa de mi ciudad porque me da igual, sinceramente, si han inaugurado un nuevo hotel o algún influencer ha pasado allí un finde comiendo en los restaurantes vergonzosamente publicitados.

Hubo un tiempo –hace casi treinta años- que tuve casa en un pueblo precioso de Aragón, Sos del Rey Católico. Pues allí, lo mismo de bien que aquí, integrada en lo rural, escardando cebollinos, fumigando manzanos o quitando limacos de las lechugas. O cuando he viajado a Yucatán o a Berlín a pasar temporadas: que me fundo con el entorno (en Yucatán lo de “fundirse” es literal por las altísimas temperaturas)

Todo esto para recordarme –vuelvo a mi interlocutor telefónico- que ya estoy en la cuenta atrás y viviendo la última semana mediterránea del mes de Junio. Y que me da igual, que ni tengo ganas de volver ni me dará pena marcharme, que la vida es cada día con su afán a cuestas esté donde esté y que más me vale ser muy consciente de ello antes de que escuche por los altavoces del tren vital: ”próxima estación, fin de trayecto.

Pues lo dicho, que felices los felices.

LaAlquimista

Te invito a visitar mi página en Facebook.
https://www.facebook.com/apartirdelos50/
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


julio 2024
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031