A pesar de que ya no creo en ningún Dios porque todos los que he conocido se enorgullecen de ser los únicos y en su nombre animan a matar al prójimo… os deseo Feliz Navidad.

Decepcionada y triste porque la religión en la que me bautizaron y los dogmas que seguí una parte de mi vida han resultado ser una mentira total y absoluta…os deseo Feliz Navidad.

Esta Navidad que quiere celebrar el nacimiento de un niño inocente al que llamaron Hijo de Dios los mismos sacerdotes que luego violaron a otros niños que no eran hijos predilectos de nadie. Esta misma Navidad que canta emocionada villancicos a una familia pobre y errante que tuvo que huir de su región de origen para salvar la vida hace más de dos mil años y que acepta impasible que hoy se persiga de manera implacable a quienes tan sólo buscan sobrevivir en un mundo de guerra y miseria.

Esta “Feliz Navidad” con las mesas repletas de viandas suculentas y el árbol adornado con valiosos regalos gastando con alegría inconsciente el dinero que nos sobra olvidando o evitando compartir un poco, tan solo un poco, con quienes no pueden ni tan siquiera soñar con celebrar una humilde navidad con letras minúsculas.

Sin casi fuerzas ya para “predicar” el amor, ese AMOR que todos anhelamos y buscamos como el paradigma de la felicidad en este mundo, pero que queda encenagado en la maldad, el egoísmo y la falta de empatía en las que nos hemos instalado sin rubor alguno… os deseo Feliz Navidad.

Desde mi posición tristemente agnóstica porque no puedo permitirme la ingenuidad de creer en “alguien o en algo” que no sea la utopía del sueño imposible de la fe, bendiciendo a quienes la tienen porque se ahorran el sufrimiento de la razón…os deseo Feliz Navidad.

Esta Navidad que llega para todos, para los que no tienen dinero para tirarlo en el sueño absurdo de la Lotería, para quienes buscarán llenar su mesa con lo más barato que puedan encontrar. Para los que están solos o se sienten solos porque el amor se les ha escapado por las rendijas de un corazón que no supo o no quiso amar, para quienes tienen a sus seres queridos lejos, muy lejos y llorarán lágrimas amargas mientras otros levanten su copa recitando: “Feliz Navidad”.

Celebremos lo que aún nos queda de la Navidad: la ilusión de los niños y sus sonrisas aunque ya sepan que no hay magia alguna y les dé lo mismo; la alegría sin precio de las madres y padres que reencuentran a sus hijos y la paz de los hijos que tienen unos brazos donde ser acogidos.

“Feliz Navidad” con sentimentalismo o indiferencia; bonita fiesta del bolsillo y los sentidos, cantemos al calor del hogar o maldigamos desde el frío de un corazón solitario. Es Navidad y es el tiempo obligado de sentirse parte de algo…

Os deseo Feliz Navidad aunque siga habiendo guerras, muertos, miseria, violencia, maldad y los peores sentimientos que el ser humano es capaz de albergar en su interior.

Son tan sólo unos días que pasan rápido, bien se puede mirar hacia otro lado… y pasar una “Feliz Navidad”.

Felices los felices.

LaAlquimista

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