Pelear contra el consumismo | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Pelear contra el consumismo

consumismo-3

El año pasado ya lo intenté como un reto personal y vistos los favorables resultados he decidido prorrogar este “contrato conmigo misma” por un año más. Es decir; por si a alguien no le apetece leerse el viejo post, el resumen es el siguiente: CERO consumismo durante todo el año de manera estricta. O casi. Entendiendo por “consumismo”: Tendencia al consumo excesivo e innecesario de bienes y productos. Para que no quede ninguna duda.

Es que sigo leyendo “Walden”, desmenuzando cada frase del gran pensador y dejándome arrastrar por la clarividencia inteligente de sus palabras escritas hace más de ciento cincuenta años. (Henry David Thoreau, Massachusetts, 1817-1862)

consumismo“También tengo en mente a aquellos que, en apariencia, son ricos pero que en realidad pertenecen a una clase terriblemente empobrecida, que han acumulado basura, y no saben cómo hacer uso o deshacerse de ella, y que de esta forma han construido sus propias prisiones de oro y plata.”

Me vienen a la mente esos trasteros y garajes donde se acumulan objetos en buen uso pero que han sido sustituidos por otros nuevos o más modernos y que se almacenan “por si acaso”. Me consta el trabajo que tienen que hacer los “herederos” cuando fallecen estos Diógenes de asfalto.

Miro alrededor mientras tecleo este artículo. Es lo que llamo mi “estudio”, dándole ínfulas a una “habitación con vistas”, donde me protegen los objetos y me cuidan los recuerdos, el lugar donde me siento segura, calmada, aislada del mundo cuando necesito hacerlo. Hay cuadros de mis seres amados en las paredes, fotografías junto a los libros, pequeñas chucherías a las que he provisto de “valor sentimental”. El sillón de leer o de ver pelis, la silla frente al escritorio y los cajones con la utilería de toda la vida. Pocas plantas porque la orientación es norte y el privilegio de ver el mar (a lo lejos) impide que otras formas de vida puedan sobrevivir.

consumismo-2Puede que no tenga pocas cosas, pero es seguro que no necesito nada más. ¡Y los armarios! Llenos hasta la bandera de ropa para viajar por los cinco continentes, con durabilidad hasta el día de la muerte y que me hagan un sudario y de un par de reencarnaciones. Zapatos de todas las formas con bolsos a juego, deportivas de todos los colores, ropa confeccionada con fibras naturales y sintéticas,  bastante morralla comprada o regalada con más o menos ilusión para vestir un cuerpo que no vale mucho más que lo que valgan los propios sentimientos o las luces (con muchas sombras) de inteligencia y buenas intenciones que a veces –y sólo a veces- lo iluminan.

Ahora mismo me sobra casi de todo. Y, como no podía ser de otra manera, para compensar, me falta casi de todo. Me he acostumbrado a tener lo que puedo comprar con dinero, pero da más calor un cariño cercano que el más caro edredón de plumas naturales. Puedo alimentar mi cuerpo con lo que hay en mi repleta alacena y no necesito recoger leña en el bosque para cocinar la comida, pero si me falta el alimento del espíritu sé que me volveré anémica, anoréxica emocional o directamente infeliz.

a-partir-de-los-50-2El dinero no me sirve para sanar a mi perrito. Tampoco conseguiré con él que mis hijas hagan su vida un poco más cerca para poder disfrutar de un amor compartido. Incluso ni siquiera la tendinitis que me lleva machacando el hombro desde hace cinco meses tiene arreglo “pagando”. El cuerpo, el espíritu, la mente viajan por su cuenta y no entienden de tarjetas de crédito o de pagos al contado.

Me sobra de todo. Y como no voy a ir tirándolo por la ventana lo menos que puedo hacer es actuar con coherencia: regalar o compartir con quien tiene más necesidad o interés que yo en las cosas materiales y, por supuesto, no acumular nada más. No necesito mirar escaparates, ni entrar en las tiendas que siempre me han gustado “a ver lo que hay” para gastarme unos puñados de euros buscando un subidón de serotonina que dura menos que lo que tardo en volver a casa.

a-partir-de-los-50Ya he contribuido arduamente a la economía de mi país durante muchos lustros; he pagado (y sigo pagando) mis impuestos y ahora quiero descansar. Necesito dejar de desear lo que sé que no me va a hacer feliz nunca más. Hago la lista (sigo haciendo listas) de lo que NECESITO realmente y excepto los analgésicos para mitigar el dolor del hombro poco más me hace falta. (Si hubiera un hombro en el que apoyarme igual me ahorraba las pastillas, pero mejor bajar los pies a la tierra).

Lo dicho. Ya no me engaño más, ya dejo de echar la culpa a los demás por las tentaciones en las que caigo yo sola porque quiero. Lejos está mi ánimo de juzgar a quienes necesitan el fogonazo de disfrute del consumismo; tampoco digo nada de los tacaños y avaros que prefieren subsistir con menos por no gastar más. Yo hablo por mí y nada más que por mí.

Felices los felices.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

https://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50/2018/05/12/reto-personal-consumismo-cero/

 

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


abril 2019
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930