No te olvides la bici esta primavera. Ni tampoco las botes de monte.

Los que más saben de Rioja Alavesa y de Álava en general, son mis amigos de Tierras Insólitas. Pero como la pandemia nos ha reducido nuestros viajes a la Comunidad de cada uno, hemos tenido que tirar de antiguas guías y sitios más cercanos.

El primer fin de semana que nos dejaron movernos más allá del límite perimetral de nuestra ciudad, cogimos la autocaravana para irnos cerca, tan cerca que a los niños no les dio tiempo de casi de encender la tablet. (he dicho casi, eh). Fuimos a los pies del Txindoki. La montaña gipuzkoana por excelencia. La montaña a la que hay que subir al menos una vez en la vida. La montaña que unos dicen que pertenece a Tolosa, otros a Ordizia, otros a Beasain…. La montaña de todos, porque desde su tontorra (cumbre) se ve toda Gipuzkoa, en días claros puedes ver hasta Donostia.

Txindoki pertenece a la cadena montañosa de Aralar, por eso también se ve parte de tierras navarras desde su cumbre. Nosotros accedimos por el lado menos difícil, aparcamos la autocaravana en las campas de Larraitz y empezamos la ascensión. Sólo hay una fuente, asi que es muy recomendable llevar agua en abundancia y algún piscolabis. No es como en Ernio que hay una Benta, aqui solo montaña. Está totalmente señalizado además de que el camino está hecho. Aún así no está de más enseñar a los niños un poquito de lenguaje montañés y que busquen la siguiente señal pintada en un árbol o en una roca.

Pero como esto no es un blog de montaña sino de autocaravanismo, os cuento la maravillosa experiencia de dormir mecidos por el susurro de Mari. En Larraitz existen dos parkings, uno junto a las mesas y juegos infantiles (ojo con la curva cerrada) y otro en la zona donde aparcan autobuses, junto a la carretera. No tiene servicios de ningún tipo, pero para un fin de semana no necesitas más. (N 43°2’6.3564” W -2°5’47.688”) es un parque natural asi que tratémoslo como se merece.

Desde aquí sale también un caminito hasta Amezketa andando que se hace muy fácil. Si no quisiérais cocinar, también hay un par de restaurantes, e incluso unas tirolinas para los niños, pero en época pandemia están cerradas.

No me olvido que el título del post era Rioja Alavesa en bici. Ya voy.

Al siguiente fin de semana que nos dejaron viajar, fuimos un poquito más allá, a LaGuardia y ElCiego. Dos poblaciones cercanas y parecidas, cada una con su bodega especial, Ysios y Marqués de Riscal respectivamente. Pero esta vez no íbamos a ir de bodegas, sino de viñedos. Y es que hay vías verdes preciosas y muy accesibles para hacer toda la familia.

Desde ElCiego (área gratuita) la ruta pasa por los viñedos propiedad de Viña Salceda y hay dos rutas circulares que forman parte de una más grande con la que llegar hasta Logroño . Nosotros hicimos la que va hasta el río Ebro, muy bien señalizada. Con algunas partes asfaltadas, pero la mayoría pedregosa. Tuvimos la suerte además de ir a finales de marzo, por lo que aún no estaban los árboles llenos de hojas, y pudimos ver algunos nidos. El colofón puede ser llegar hasta el área recreativa La Poveda e incluso comer allí en las mesas. A la vuelta podéis hacer la paradita en la ermita de San Vicente.

En Laguardia no hay área como tal, pero podéis pernoctar en el parking del campo de futbol que además os pilla genial para ir a visitar las Lagunas del Ebro.

Desde este parking además tenéis un acceso en ascensor al pueblo por la parte de atrás.

El recorrido en bici por las lagunas es precioso, muy suave, e ideal para avistar aves migratorias. Hasta vimos un par de caballos con sus jinetes paseando por los viñedos. Os recomiendo totalmente. Y para recuperar fuerzas, acabamos la jornada en un estupendo restaurante con precios competitivos y platos deliciosos, además de un amplísimo parking ideal para nuestra casita con ruedas.

Esperemos que os haya servido de inspiración para próximas salidas por nuestro territorio, siempre con mucha precaución y utilizando a más no poder la App que os comenté en la anterior entrada al blog.

Ahora más que nunca, Bidai On izan!