Es de esas noticias que tengo leerlas dos veces. No es la primera vez que me ocurre en temas de dopaje. Tengo la sensación de que cada vez ponemos la mano en el fuego por menos gente. Desde luego mi círculo se reduce a pasos agigantados. Sin embargo quiero seguir manteniendo ese halo de confianza, de romanticismo en un tema tan preocupante.
El titular explica en buena medida lo que pienso. Mazazo y presunto. Digo mazazo por lo que es podéis imaginar. Si se confirma la implicación de Paquillo Fernández tendré que recomponer en mi cabeza las piezas que forman el puzzle de un marchador que es una de las referencias del atletismo español y mundial.
Por ahora es una noticia donde parece que se va a desenmascarar a uno de los médicos más confusos y con trama negra que existían en este mundillo. Pero si la noticia toca a Paquillo, el atletismo, el deporte español, va salir más tocado. Otra muesca en el revólver de las dudas. Negras dudas.
Y digo presunto porque me resulta difícil pensar en la implicación del bueno de Paquillo en una red de dopaje. Evidentemente el marchador no ha dado positivo deportivo, es decir, nadie le puede sancionar por este motivo.Sin embargo las leyes actualmente permiten ir más allá que hace unos años y por lo tanto la posibilidad de cárcel está ahí para los implicados en una red de dopaje.
Del mazazo y decepción siempre paso al optimismo cuando pienso que después de este tipo de situaciones el deporte es más limpio, hay menos tramposos y más de uno tendrá dudas para dar un mal paso en falso.
Si no me agarro a este mal llamado optimismo ¿Qué me queda?