Usain Bolt es un espectáculo antes y después de una competición. Maneja los ritmos del show para animar a que el público acuda a los estadios a verle a él y a disfrutar de atletismo. Hoy en Ostrava será la estrella un día más.
Las organizaciones de los mítines reconocen que si Bolt no aparece en el listado de inscritos, parece que el mitin es de tercera categoría. No debe ser así, pero Bolt hoy por hoy tiene más peso en un cartel que el que lo tuvo en su día el mismísimo Carl Lewis.
El jamaicano tiene una temporada sin los retos de las grandes competiciones. Sin embargo afrontará el reto de los duelos directos, que van a ser preciosos frente a Powell y Gay, y jugará con distancias no oficiales para intentar esos récordos menos valiosos que añadirían líneas a su biografía.
Esta tarde es la opción del 300 metros. Bolt ante la plusmarca mundial de Michael Johnson. El estadounidense era un velocista de 200-400 metros; Bolt lo es de 100-200… hasta que no nos demuestre que puede ser el velocista más completo de todos los tiempos si llega a dominar el 100-200-400.
El registro a superar en los 300 metros (dos rectas y una curva) es de 30.85, un crono fantástico logrado en altitud. El caribeño debería pasar el 200 metros en 20-40-20-50 para finalizar el último hectómetro en 10.40 aproximadamente. ¿Podrá correr los primeros 200 metros en esos registros y acabar con otro 100 en 10.40?. Si es así, estará preparado para otra burrada histórica, esta vez en la vuelta a la pista, en el 400 metros, aunque ese reto será para otro momento. Disfrutemos con Bolt en el 300.