Diez años sin Diego García. El próximo día 31 se cumple el aniversario del adiós a uno de los atletas más carismáticos del atletismo guipuzcoano. Tenía 39 años el azkoitiarra y murió mientras corría, junto a su amigo Alejandro Gómez, el día previo al Medio maratón Azkotia-Azpeitia, que desde 1994 preparaba con mimo.

Fue un día triste para todos. Fueron unas horas tensas. Se decidió dar el pistoletazo de salida, porque así lo habría querido el bueno de Diego. La huella imborrable que dejó el maratoniano sigue tan viva como hace una década. Sus amigos han conseguido que “su carrera” mejore año tras año. Sus amigotes han estado por aquí en cada edición. Le han recordado siempre. Han reivindicado su tesón, su trabajo, su amistad… cuando han hablado de él. El triplete del Europeo de Helsinki tuvo a Martín Fiz como protagonista… y a Diego García como jefe.

Alejandro Gómez bautizó a su hijo con el nombre de Diego. El circuito por donde preparaba las citas internacionales se llama ‘Diego García’. La carrera es Memorial Diego García. No falta el apoyo a su familia todos los años en línea de salida. El aplauso resuena en las calles en homenaje al atleta de la cinta en la cabeza ‘sujetando el flequillo invisible’.

En el artículo que escribí el día de su fallecimiento, comenzaba con “Te prometo, te prometemos que hoy todo saldrá perfecto…”. Y la verdad es que todo ha seguido saliendo perfecto. Diez años después, Diego García sigue entre nosotros. Su sonrisa perdura en la memoria de quienes le conocieron. Su carácter animoso nunca se desvaneció. Sus amistades son aún más grandes.

Este comentario podía haber sido deportivo porque la carrera de mañana sábado es sobresaliente. Grandes atletas y grandes opciones de lograr algo grande. Sin embargo, estos párrafos debían estar dedicados a Diego. Por justicia.