Hace 20 años no mirábamos apenas al círculo de lanzamiento de peso
en las competiciones internacionales. Esa prueba pasaba de puntillas
para los periodistas de este país. Por allí gritaban mastodónticos
soviéticos, atocinados estadounidenses, antipáticos alemanes, más
algunas pinceladas suiza, italiana, checa, polaca…
Pero en 1992, un chaval leonés nos obligó a revisar los
rankings, el palmarés de esta prueba, y desde ese momento el peso sería
una especialidad ‘a tener en cuenta’. Aquella temporada Manuel Martínez, aún no era supermanolo, ni gran capitán, ni Goliath, ni escultor, ni actor… pero aquel verano del 92, sí el de los Juegos de de Barcelona, algo más lejos, en Seúl, Martínez se proclamó subcampeón mundial junior. ¡Subcampeón del mundo en peso!.
Al año siguiente esa isla de los lanzamientos españoles, volvió a sonreir. Muy cerquita. En Anoeta.
San Sebastián, una de las ciudades donde ha establecido vínculos de
amor por sus récords (el primero de su carrera en febrero de 1993 con
18.34 m. en indoor) y medallas, le vio proclamarse campeón de Europa junior.
Lanzó 19 metros en el estadio que se estrenó con aquella competición.
Pero también ese estadio donostiarra vivió en 2007, campeonato de
España, uno de sus peores momentos. Después de 13 años siendo rey,
cedió su corona de campeón a Germán Millán. Fue el inicio de su declive, que dos graves lesiones posteriormente aceleraron.
Ahora dice adiós Manolo y pronto lo harán esas pistas y ese círculo de lanzamientos. 18 años después… La ‘Quinta de Anoeta’ no pasa por buenos momentos. Manolo se va. Reyes Estévez y Marta Domínguez intentado demostrar su inocencia tras su imputación en la Operación Galgo.
Han sido 18 años de seguir paso a paso la trayectoria de este grande del peso. Uno de los revolucionarios de los lanzamientos
españoles, siempre reivindicativo -con buenas formas-, un líder de la
selección, un rompedor para el deporte español como otros lo fueron en
distintos deportes.
84 internacionalidades; las 115 mejores marcas españoles de la
historia; un récord fijado en 21.47 metros; 23 años de trayectoria; 31
títulos de campeón de España entre pista cubierta y aire libre; cuatro
medallas internacionales, todas en indoor; cuartos puestos en unos
Juegos Olímpicos y un Mundial…
Y sin embargo me quedo con la sensación de haber convivido con
una persona buena, cortés, humilde, honrada, leal, socarrona, con un
punto de ironía, serena, bondadosa con sus rivales -muchos de ellos
plagados de dudas químicas-, y afable con nuestro gremio, el
periodístico.
Ese espíritu de líder deportivo se va. El atleta que nos obligó a empollar todo sobre el peso, se marcha. Pero deja una herencia preciosa.
El círculo de lanzamiento ya no estará huérfano. Cuando en las grandes
competiciones presenten a los finalistas de peso, haremos un guiño y
recordaremos que ahí, durante años, tuvimos un grande. Ojalá que los ‘hijos’ de Supermanolo pisen esos mismos círculos internacionales.
PD: Gracias a Carlos Burón, su entrenador de siempre. Forjador
de este campeón, siempre dirigido por la línea recta, además de no
descuidar la formación de otros lanzadores.