Exitazo de Gipuzkoa en el campeonato de España. Podríamos realizar otros análisis, consideraciones, decir “sí pero…”. De acuerdo. Sin embargo me apetece disfrutar del momento. Seis medallas, con dos títulos, en un Absoluto es realmente para escribirlo en titulares gordotes.
No tengo los datos encima de la mesa, pero me atrevo a decir que la cosecha de Gipuzkoa es de las mejores desde los años 80 cuando el número de atletas con mínima superaba un año sí y otro también la veintena y la cifra de podios habitual estaba por encima de la media docena. En aquella época la categoría masculina aportaba mucho valor a estas estadísticas, hecho que ahora no sucede. Las mujeres guipuzcoanas, actualmente, llevan las riendas, como en casi todo.
Más allá de los éxitos en Valencia, es curioso que nuestro atletismo tiene un modelo que yo catalogo ‘modelo sueco’. Nuestras mejores opciones pasan por sectores o especialidades, como la velocidad, vallas y saltos, tenemos alguna baza en lanzamiento y muy escaso nivel en medio fondo y fondo. En este campeonato de España Gipuzkoa contó con cuatro velocistas, dos vallistas, seis saltadores y tres lanzadores. Sin embargo, sólo un atleta en mediofondo o fondo.
Suecia, un país con una población pequeña comparada con otras naciones, como es Gipuzkoa comparada con otras provincias, acude a Mundiales o Europeos, con una representación fuerte y casi siempre centrada en vallas, saltos, velocidad, combinadas, algún lanzador y poco nivel en carreras largas. Además, el porcentaje de medallas por número de participantes suecos es elevado, al igual que Gipuzkoa en esta ocasión con seis medallas entre los 16 atletas en el Estatal.
Estas palmadas que nos damos ahora por la brillante actuación podría tener su vuelta si analizamos con espíeritu crítico dónde entrenan o en qué grupo o con quién.
Por ejemplo, Naroa entrena con su marido -ahora mismo sin grupo de atletas- por lo tanto un entrenador desaprovechado a mi entender. Olatz Alkain, en Madrid, con el especialista en pértiga Martínez Lucía; Maitane Azpeitia, con Toni Corgos en Barcelona; Maiza con Javi Pascual que ha generado un grupo a puro hue…, sin demasiadas concesiones federativas; y por último Furundarena, con Jon Etxeberria, en la zona de Ordizia, núcleo que sigue la tradición.
La discusión surgida en esta web la semana pasada con el tema de las ayudas federativas, los entrenadores, tiene un enorme recorrido. Hay que poner sobre la mesa el modelo de captación, de competición escolar, del seguimiento de las promesas, de los entrenadores de promoción y/o de elite y la forma de inyectar recursos en los técnicos, que al final son los que generan los núcleos de atletas. Solucionar este aspecto asegura el futuro del atletismo. Y no estaría de más mirar el escaparate de lugares como Castellón, Sevilla, Castilla-León, Alicante… que además de algún patrocinador institucional, las escuelas de promoción están funcionando de maravilla.
A pesar de todo, chapeau para el atletismo guipuzcoano. Disfrutemos del momento.