Quizás a alguno le parezca extraño vivir un campeonato del mundo de atletismo sin la gran figura de este deporte. Quien está muy lejano del atletismo preguntará dónde está ese jamaicano que corre que se las pela “Bot, Bol… o como se llame”. El seguidor riguroso de todos los deportes se mostrará incrédulo ante tal ausencia. El aficionado de todos los días ya conoce que las grandísimas estrellas pasan bastante del atletismo de bolsillo, esto es, la pista cubierta.

Ni Carl Lewis, ni Ben Johnson, ni Said Aouita, ni Sergei Bubka… eran clientes asíduos del indoor. Bubka incluso pasaba la txapela para recaudar dólares y después no siempre competía en el campeonato de turno. Otros, como El Guerrouj, se dieron a conocer en un mundial indoor. El caso del marroquí creo que fue en el de Barcelona, pero después se limitaba a las citas al aire libre.

Quiero explicar que hemos disfrutado -y disfrutaremos en Qatar- sin grandes figuras sobre la pista bajo techo. Todo Mundial tiene su chispa. Sus duelos. Esa nueva figura que nace. Ese chaval que va haciéndose un hueco entre los grandes. Esa primera medalla. Ese primer positivo… ¡No hombre no, eso no! Es broma.

La prueba de vallas, con el regreso del chino Liu Xiang y el cubano Robles, será uno de los grandes momentos del campeonato. Quién se va a perder el 3.000 m. (sin Kenenisa Bekele) pero con su hermano Tariku (campeón), el veterano Lagat en su segunda juventud, el líder mundial del año, Choge, y el emergente Sergio Sánchez que llega a Qatar con el récord de Europa bajo el brazo.

Hay muchas otros momentos para no perderse: como ver a la primera velocista desde 1999 que baja de los 7 segundos en 60 metros (Laverne Jones); ver el duelo del 1.500, morboso, entre la etíope Burka -la que rodó por los suelos en el mundial de Berlín- y Natalia Rodríguez, la descalificada por aquella acción; vibrar con la pertiguista Isinbayeva; o el contorneo de Vlasic y su enésimo intento de récord mundial en altura…

El viernes el horario está plagado de eliminatorias y calificaciones -no hay finales-. Lo tomamos como aperitivo de lo que será el sábado y el domingo. En Qatar son dos horas más. Que nadie se despiste.