Pensemos en el siguiente “experimento”:
“Puedes elegir entre la opción A y la opción B. Con la opción A puedes disponer la tecnología electrónica existente hasta 2002, que incluye tu ordenador portátil con un sistema operativo Windows 98 y con acceso a Amazon, y puedes disponer de agua corriente y cuarto de baño dentro de la vivienda, pero no puedes utilizar nada que se haya inventado desde 2002.
La opción B es que tienes todo lo que se ha inventado en la década pasada, incluyendo Facebook, Twitter, y un iPad, pero no tienes acceso ni al agua corriente ni al cuarto de baño dentro de la vivienda. Tienes que transportar el agua hasta tu vivienda y cargar con los residuos que generas. Incluso a las 3 de la madrugada de una noche lluviosa, tu única opción para utilizar el cuarto de baño es tener que dar un paseo sobre un terreno húmedo, y quizás embarrado, hasta llegar al cuarto de baño que se halla fuera de la vivienda. ¿Qué opción eliges?”
La pregunta da que pensar, ¿a que sí? Yo tengo clara mi respuesta. ¿Y tú?
El “experimento” está tomado literalmente del reciente trabajo del experto economista estadounidense Robert J. Gordon, “Is U.S. economic growth over? Faltering innovation confronts the six headwinds” (¿Ha acabado el crecimiento económico de los Estados Unidos? Una innovación titubeante se enfrenta a 6 vientos en contra). Una versión breve del artículo (también en inglés) está aquí. La pregunta sobre si se ha acabado el crecimiento económico no se trata, desde luego, de una pregunta referida a la crisis actual, importante como es ésta, sino al futuro a mucho más largo plazo, centrándose en la economía estadounidense.
Robert J. Gordon sugiere que, desde la aportación del apóstol del crecimiento económico y premio Nobel de Economía en 1986, Robert M. Solow, se cree que el crecimiento económico es un proceso continuo y duradero en el tiempo. Distingue tres grandes revoluciones industriales (RI) en el período reciente desde 1750. La primera RI (RI1) se refiere a los grandes inventos que tienen lugar entre 1750 y 1830, tales como la máquina de vapor, la desmotadora y la hiladora de algodón, y las vías férreas y marítimas (barcos de vapor). Su impacto se siente fundamentalmente durante el período que va desde 1850 a 1900, lo que significa que hicieron falta unos 150 años para que su efecto se notata completamente. La segunda RI (RI2) es la más importante, y es donde tienen lugar los tres inventos principales del período 1870-1900: la electricidad, el motor de combustión interna, y el agua corriente dentro de las viviendas, durante el período 1870-1900. Estaríamos hablando del teléfono, el fonógrafo y las películas; los ascensores, la maquinaria eléctrica, y los aparatos de consumo; coches, camiones, y aviones; autopistas, barrios, y supermercados; alcantarillado; todo lo relacionado con las moléculas (petróleo, químicas, plásticos, y farmaceúticas y antibióticos), etc. Para 1970 las consecuencias derivadas de las dos revoluciones habían surtido ya efecto.
Un aspecto fundamental de la RI2 es que el crecimiento ha estado basado en inventos que han tenido lugar una vez, pero que no volverán a ocurrir de nuevo. El ejemplo más gráfico sea probablemente el de la velocidad del transporte. Según Robert J. Gordon, en 1860 con los omnibuses a caballo se viajaba a unos 5 km/h. En 1904 los trenes del metro de Nueva York iban a unos 60 km/h. En 1958 con el primer Boeing 707 se podía viajar a unos 900 km/h. Hoy, 54 años después, la velocidad de los aviones, en general, es igual, aunque quizás algo menos por aquello de ahorrar combustible. Eventos de este período que han tenido lugar y no volverán a ocurrir son, también por ejemplo, el agua corriente dentro de las viviendas, la urbanización de nuestro entorno, el sistema de carreteras nacionales, etc.
La tercera revolución industrial (RI3), la de los ordenadores e internet, es decir, las tecnologías de la información y comunicación (TIC), comenzó en 1960 pero fue a finales de los 90 cuando se dio una auténtica transformación. Muchos trabajos repetitivos ya han sido sustituidos por ordenadores. Desde 2000 los aparatos de entretenimiento y comunicación son cada vez más pequeños, más bonitos, y más capaces, PERO no alteran la productividad del trabajo del mismo modo en que lo hicieron la electricidad, los motores de combustión interna o el agua corriente dentro de las viviendas.
El resultado de todo lo relatado hasta ahora es que, desde 1970, el crecimiento de la productividad del trabajo se ha ralentizado en los Estados Unidos, probablemente debido a que el impacto de la RI2 ha surtido ya todo su efecto.
¿Y qué se puede decir de nuestro entorno más cercano?
El cuadro de abajo muestra, a modo de ilustración, la profunda transformación sufrida en el parque de viviendas de España durante el período 1950-1991. Como se puede apreciar en el cuadro, si bien la energía eléctrica estaba presente en la mayor parte de los hogares españoles ya en 1950, no lo estaban el agua o los retretes, y bastante menos el baño o ducha, el teléfono o la calefacción. Ya de paso, ¿por qué no les preguntas, por curiosidad, a tus padres o abuelos en qué casa vivían, y qué comodidades tenían en casa cuando eran más jóvenes?
Instalaciones y características de las viviendas (miles)
1950 |
1991 |
|
Agua corriente |
2.150,0 |
11.659,1 |
Retrete |
3.330,4 |
11.402,9 |
Baño o ducha |
576,3 |
11.206,6 |
Energía eléctrica |
5.061,7 |
11.696,9 |
Teléfono |
257,6 |
8.827,6 |
Calefacción (instalación fija) |
166,1 |
9.809,8 |
Refrigeración |
|
621,6 |
Gas distribuido por tubería |
334,7 |
2.576,4 |
Total de viviendas familiares |
6.370,3 |
11.736,4 |
Por otra parte, si nos fijamos en la productividad del trabajo, esto es, lo que un trabajador es capaz de producir, por término medio, en un período determinado, se aprecia también una ralentización en el crecimiento de la productividad del trabajo en el País Vasco, Navarra, y España, la Unión Europea y, en menor medida, en los Estados Unidos (que está referido sólo al período 1980-2007, pero se sabe que los años anteriores también creció con fuerza), como muestra el cuadro de abajo. ¿Es porque se ha notado el impacto de la RI2 completamente? Es muy difícil de saber, pero bien podría ser.
Crecimiento de la productividad del trabajo (por hora)
1965-2008 |
1965-1975 |
1995-2008 |
|
País Vasco |
2,39% |
4,87% |
1,25% |
Navarra |
2,27% |
5,20% |
0,11% |
España |
2,40% |
4,90% |
0,37% |
Unión Europea |
1,89% (1980-2007) |
|
1,34% (hasta 2007) |
Estados Unidos |
1,61% (1980-2007) |
|
1,95% (hasta 2007) |
Dicho todo esto, ¿qué nos deparará el futuro? Algunas frases ingeniosas nos dan alguna pista:
En este sentido, son conocidas las predicciones sobre el futuro que han sido excesivamente pesimistas (véanse más aquí) y no se han cumplido, por tanto:
Por supuesto, la innovación no para, y ello permitirá una mejora en el nivel de vida en el futuro próximo, sin duda ninguna. Los ejemplos son numerosos: el coche sin conductor de Google, las manufacturas 3D, las biociencias, la nanotecnología, y las investigaciones sobre el proyecto del genoma humano son sólo un botón de muestra de proyectos que son muy prometedores.
No obstante, la innovación puede encontrarse, también, con rendimientos decrecientes. También, podemos señalar alguna predicción excesivamente optimista, como por ejemplo:
¿Qué es lo que se puede concluir de todo ello? ¿El crecimiento económico a largo plazo se reducirá en el futuro próximo? ¿El período de dos siglos y medio en el que se ha disfrutado de una renta per cápita creciente ha podido ser un episodio único en la historia de la humanidad y dicho período ha podido llegar a su fin? Yo no creo que el crecimiento económico se haya acabado, pero sí creo que la época de un crecimiento económico elevado puede que, a diferencia de los diamantes, no sea para siempre.