¿Quieres participar en el curso sobre justicia de Harvard?, ¿prefieres hacer un curso de introducción a la informática y a la programación en el MIT? Simplemente entra en EdX, regístrate, y ya estás en la clase. ¿Coste? 0€.
¿Que siempre se te ha atascado la estadística y quieres que alguien te la explique todas las veces que necesites? Entra en Udacity y apúntate al curso del profesor Sebastian Thrun de la Universidad de Stanford. ¿Coste? 0€.
Quizá lo que te interesa es mejorar tus conocimientos sobre nutrición. Entra en Coursera y apúntate al curso de la profesora Kristina von Castel-Roberts, de la Universidad de Florida. Empezó hace tres semanas, pero no te preocupes porque tienes las primeras clases grabadas. ¿Coste? 0€.
Estos son algunos ejemplos de los cada vez más famosos MOOC (Massive open on-line courses), los cursos masivos, abiertos y on-line, que las mejores universidades del mundo están ofreciendo gratis a través de Internet. La gran maravilla de los MOOC es que cualquier persona con un nivel razonable de inglés, de cualquier edad, sexo, raza o religión, viva en un país rico o en uno pobre, tiene acceso a cursos con los mejores profesores de las más prestigiosas universidades del mundo. También para el mundo hispanohablante hace pocas semanas se puso en marcha una plataforma de MOOCs en el que participan algunas universidades españolas: Miríada X. Y en euskara tenemos también una primera experiencia con un curso sobre Android en la plataforma Asmoz.
Anteriormente ya existían en Internet algunas clases grabadas de profesores de universidades de prestigio. Lo novedoso de los MOOC es que los cursos están diseñados para que todo el proceso educativo (lecciones del profesor, materiales para las clases, tests, evaluaciones,…) se haga on-line. El éxito de estos cursos es impresionante. Por ejemplo, en el curso sobre inteligencia artificial de Udacity se apuntaron más de 160.000 alumnos. Con una media de 80 alumnos por clase, ¡yo tendría que dar más de 2000 cursos para tener tantos alumnos!
¿Cómo funcionan los MOOC? Os cuento mi experiencia. Yo ya he terminado un curso y voy por la mitad de otro. Los dos son de Coursera. El formato en los dos cursos es muy similar. Los dos cursos tienen una duración de 10 semanas. Cada semana el profesor pone en la red una serie de lecciones. Estas lecciones se dividen en unos 5/6 vídeos, cuya duración no suele exceder de los 20 minutos. En los vídeos aparecen las típicas transparencias de Power Point (que te las puedes descargar), y en el recuadro de abajo aparece el profesor hablando, desde un sitio “neutro”, normalmente su despacho. Si quieres puedes poner los subtítulos en inglés para seguir mejor la lección. Lo novedoso de estas lecciones es que cada 5-10 minutos se para la grabación y aparece un test en la pantalla para ver si has entendido bien los conceptos que se están explicando. Suelen ser las típicas preguntas de opción múltiple donde tienes que elegir la respuesta correcta, o las respuestas correctas (éstas son más puñeteras). El propio sistema te dice si has contestado bien o mal, y normalmente el profesor cuando se reanuda la lección explica cuál era la respuesta o las respuestas correctas. Además de las lecciones, cada semana hay que contestar un test con alrededor de 8-10 preguntas. Haces el test y cuando expira el plazo de entrega el propio sistema automáticamente te da el resultado del test. Además, tienes la posibilidad de ver qué has hecho bien o mal. En este último caso te explica además cuál era la respuesta correcta. La carga semanal del curso no excede de las tres horas. Al final del curso hay que hacer un examen, otra vez tipo test, que a mi llevó alrededor de una hora. Para el examen se podía utilizar todo el material que estaba en la página web del curso.
A estas alturas muchos os preguntaréis cuál es el modelo de negocio de los MOOCs. Si el coste de estos cursos es 0€, ¿cómo ganan dinero los que ofrecen los cursos? Puede haber diferentes fuentes de ingreso. La primera es a través de los certificados. En el primer curso que hice me dieron un certificado de que había terminado el curso. Este certificado era gratis. Sin embargo, para el segundo curso, si quiero que me den el certificado tengo que pagar alrededor de 40€. Pagar por el certificado puede ser razonable por varios motivos. En primer lugar, sumar el certificado a nuestro curriculum aumenta nuestras posibilidades de encontrar empleo. Todavía no tengo claro en qué medida los empleadores valoran estos cursos, por algo que comentaré en la segunda entrega de este post. En todo caso, el precio es muy bajo si lo comparamos con lo que se paga por otros cursos de formación on-line. En segundo lugar, si el MOOC se puede convalidar por una asignatura de una carrera, nos saldrá mucho más barato cursar el MOOC que pagar los créditos de la asignatura.
La segunda posible fuente de ingresos es que las plataformas MOOC vendan, con el consentimiento de los participantes, datos sobre el desempeño académico de los alumnos a las empresas. Por ejemplo, imaginemos que Google quiere saber qué alumno ha conseguido la mejor puntuación en el curso sobre Fundamentos de generación de gráficos de EdX. Esta plataforma puede cobrarle una cantidad a Google por darle esta información. En tercer lugar, las plataformas pueden vender las licencias de los materiales de los cursos a otras universidades. Por ejemplo, hoy mismo comienza en EdX un curso sobre los desafíos de la pobreza global impartido por dos de los economistas más prestigiosos en esta materia: Abhijit Banerjee y Esther Duflo del MIT. Para el curso que impartimos sobre Economía Mundial en nuestra Facultad, y en el que analizamos las causas de la pobreza, podría ser interesante utilizar algunos materiales del curso de EdX para que nuestros alumnos tengan una mejor formación. De la misma forma que se pagan licencias a la Harvard Business School por utilizar en clase sus famosos casos de empresa, podríamos pagar a EdX por utilizar el material de sus cursos. En cuarto lugar, algunas universidades que ofrecen carreras on-line, están utilizando los MOOCs para atraer alumnos. Por ejemplo, un MBA puede ofrecer gratis una asignatura de su programa, por ejemplo Introducción al Márketing, en formato MOOC. Los alumnos que cursan este MOOC es más probable que sigan cursando el MBA.
Finalmente, si Harvard, MIT, Yale… son capaces de impartir toda una carrera a través de MOOCs, el número de alumnos de estas universidades puede crecer de forma exponencial. Los MOOC tienen un coste fijo alto, ya que hay que dedicar mucho tiempo de un profesor universitario y de expertos informáticos para diseñar y desarrollar el curso. Sin embargo, el coste variable de ofrecer estos cursos es casi cero. Cuesta lo mismo tener 10 estudiantes que 100.000 estudiantes. Las enormes economías de escala que permite Internet, puede hacer que una carrera vía MOOCs en una universidad de élite sea muchísimo más barata que hacerla en su campus real. Si las empresas, poco a poco, valoran las carreras cursadas a través de MOOCs el número de alumnos que pueden tener las universidades de élite puede ser enorme.
En este post me he centrado en los aspectos positivos de los MOOC y en su modelo de negocio. Sin embargo, estoy seguro de que muchos de vosotros ya habréis identificado más de una limitación. En la segunda entrega de este post hablaré de estas limitaciones y de los desafíos que los MOOC plantean a nuestro modelo educativo. Si te interesa, nos vemos en tres semanas.