Estoy sentado delante de mi ordenador. Estoy pensando en comprar un “pantalón chino cinta cerillera” en Zara España (pincha aquí si quieres ver el modelo). ¿Cuánto vale? 35,95€. ¿Y si lo hago en Zara Portugal? El mismo modelo, que se llama “Calça estilo chino com bolso na cintura”, vale 35,95€. ¿Y en Irlanda? El precio del mismo modelo, denominado “Chinos with ribbon” es 45,95€, un 27,5% más que el precio en España. ¿Y en Alemania? El mismo modelo, conocido como “Chinohose mit band an der Uhrentasche”, cuesta 45,95€, lo mismo que en Irlanda.
En economía existe una ley de precio único (LPU), que dice el mismo bien debería tener el mismo precio, medido en la misma moneda, en todos los lugares en los que dicho bien se comercia internacionalmente. En economía no todas las leyes se cumplen (en el fondo no son leyes; más bien, son regularidades empíricas) y ésta es una de las que no se cumple. El hecho de que no se cumpla tampoco hay que verlo como algo extraño, dado que en el mundo hay barreras que impiden el arbitraje que igualaría el precio en todo el mundo, tales como los costes de transporte o las barreras legales. Hay un ejemplo muy curioso sobre el incumplimiento de la LPU. Se trata de la famosa hamburguesa BigMac de la multinacional de la alimentación McDonald´s. La revista The Economist lleva ya casi 30 años publicando todos los años los precios de esta famosa hamburguesa por el mundo (pincha aquí si quieres verlos), que claramente no tiene el mismo precio en todo el mundo, cuando expresamos los precios en la misma moneda. Así, por ejemplo, centrándome sólo en la zona del euro, una BigMac cuesta 3,65€ en España, 3€ en Portugal, 3,80€ en Francia y 3,46 en Irlanda, por ejemplo.
Un trabajo reciente de Alberto Cavallo, Brent Neiman y Roberto Rigobón (del MIT el primero y el último, y de la Universidad de Chicago el segundo) indaga sobre la LPU (pincha aquí para el artículo original; pincha aquí para el artículo que salió en la prensa la semana pasada y que me puso sobre la pista de este trabajo). Lo más sorprendente de este trabajo es que ha descubierto que la LPU se cumple en la zona del euro para miles de productos que se venden a través de cuatro minoristas multinacionales que pertenecen a tres sectores distintos: Apple, Ikea, H&M y Zara. El trabajo se basa en precios de unos 120.000 productos; más de 11.000 de Apple, 69.000 de IKEA, 14.000 de H&M y 22.000 de Zara. Para ello, se han recogido los precios de todos estos productos cada semana en 85 países y en diferentes períodos de octubre de 2008 a mayo de 2013. Estos precios pertenecen a “The Billion Prices Project”, que es una base de datos que recoge millones de precios de miles de minoristas diariamente. En cambio, fuera de la zona del euro la LPU no se cumple, aunque el tipo de cambio de la moneda del país no varíe respecto al euro. Por tanto, es la moneda única en sí misma la que reduce la dispersión de los precios de unos países a otros. Además, debemos tener en cuenta que los países de la zona del euro tienen tipos de IVA distintos, que además han ido cambiando en algunos países. A pesar de ello, no parece que la LPU se haya vista afectada. Esto se puede observar en el Gráfico 1, que muestra los histogramas para cada minorista, dependiendo del tipo de cambio real. El tipo de cambio real se define como el cociente del precio del bien en otro país y el precio del bien en nuestro país, de modo que la LPU equivale a un tipo de cambio real igual a 1. El tipo de cambio real se muestra en el eje de abscisas (un valor de 0 significa que se cumple la LPU, porque se expresa en logaritmos) y la frecuencia de los tipos de cambio reales obtenidos (en porcentajes) en el eje de ordenadas. Se toma como país base España. El Gráfico 1 muestra que en los países de la zona del euro la práctica totalidad de los valores corresponden a 0 para los países de la zona del euro (Austria, Alemania, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos y Portugal), pero no es así para los países de la Unión Europea que no están en el euro (Dinamarca y Suecia en el gráfico). En el caso de Zara, España y Portugal tienen unos precios y el resto de la zona del euro tiene otros, un 25% más caro aproximadamente. De ahí que el histograma cuente con picos para valores del tipo de cambio cercanos a 0,25 en esos países. De hecho, en el ejemplo inicial de este post el patrón es muy parecido: el precio en Irlanda o Alemania es un 27% mayor que el precio en España o Portugal.
Gráfico 1. Tipos de cambio reales para productos de varios países con España, por minorista.
Fuente: Cavallo, Stein y Rigobón (2014).
Conviene señalar que los precios online (Internet) en los que se basa el trabajo son representativos de los precios offline (en las tiendas). Este resultado puede parecer una curiosidad asociada a las características especiales de cada sector o de cada país, pero no parece ser éste el caso. Adidas, Dell, Mango y Nike exhiben resultados parecidos. Además, los tres sectores analizados suponen más del 20% del gasto en consumo final de bienes en los Estados Unidos, lo que sugiere que son datos representativos de una parte de la cesta de la compra. Los resultados obtenidos son, también, similares para el dólar. La LPU se cumple mejor en los países dolarizados y menos en los que tienen un compromiso cambiario con el dólar, lo que en econojerga se conoce como peg.
¿Puede la política de competencia explicar este resultado? No lo parece, dado que la legislación europea no requiere que los precios sean iguales en todos los países. De hecho, el caso de Zara, fijando un precio en España y Portugal y otro en el resto de la zona del euro, es muy claro. Por tanto, la existencia de una unión monetaria determina más que cualquier otra razón la segmentación de los mercados, más que las diferencias en los costes de transporte, impuestos o gustos de los consumidores.
Junto a ello, este trabajo sugiere que detrás de este resultado pueden subyacer la importancia de la psicología del consumidor (para evitar el enfado de clientes de otros países con precios más altos), internet (porque permite comparar precios más fácilmente), las normas del mercado (fijar el mismo precio IVA incluido, aunque los márgenes de beneficio sean distintos al tener tipos impositivos de IVA distintos de unos países a otros) o la estructura de organización de la compañía (departamentos de fijación de precios que estén segmentados por monedas), como factores que pueden explicar esta fijación de precios.
Debemos señalar también que si tomamos una foto más amplia de los precios en la Unión Europea, podemos observar que existen diferencias importantes en el nivel de precios de unos países a otros, como muestra la Tabla 1. España está ligeramente por debajo de la media europea, pero en el año 2000 estaba bastante más lejos de la media, lo que sugiere que los precios han ido subiendo a mayor ritmo que la media europea.
Tabla 1. Niveles de precios en la Unión Europea, 2000-2010 (UE-27=100)
Fuente: Eurostat.
Junto a ello, parece que la dispersión de precios de la Unión Europea, medido en términos de coeficientes de variación, va disminuyendo poco a poco, como recoge el Gráfico 2.
Gráfico 2. Convergencia de precios en la Unión Europea, 2000-2010 (% coeficiente de variación de los niveles de precios)
Fuente: Eurostat.
En suma, el euro nos va igualando más de lo que parece. El lector, me imagino, me remitirá a que no pasa lo mismo con los salarios. Y quizás tenga razón … pero eso tendrá que ser otro día.
Puedes seguirme en Twitter: @InakiErauskin