La crisis ha deteriorado enormemente el mercado laboral. Uno de los rasgos diferenciadores de esta crisis respecto a otras es su impacto sobre el trabajo a tiempo parcial, que se define como el empleo regular en el que la jornada de trabajo es sustancialmente menor que el normal. Para las estadísticas un empleo se considera a tiempo parcial cuando está asociado a menos de 30/35 horas semanales, según los países (para Eustat son 30 horas).
Según los últimos datos de Eurostat (pincha aquí), hay 44,1 millones de personas trabajando a tiempo parcial en la Unión Europea (UE). De ellas 9,8 millones están subempleadas, esto es, desearían trabajar más horas y están dispuestos a hacerlo. A su vez, la mayor parte de éstas son mujeres (67%). Hay países donde la mayoría de los subempleados a tiempo parcial desearían trabajar más horas y estarían dispuestos a hacerlo, tales como Grecia (72,1%), Chipre (65,9%) y España (57,3%), tal como refleja el Cuadro 1. En el otro extremo se hallan los Países Bajos (4,0%), Luxemburgo (10,5%) o Dinamarca (10,7%). En suma, las diferencias en el peso que tienen los trabajadores a tiempo parcial subempleados son enormes de unos países a otros (la media se halla en el 22,2%).
Cuadro 1. Subempleo y trabajo a tiempo parcial, 2014.
Fuente: Eurostat
Además, como muestra el Cuadro 1 también, el peso del trabajo a tiempo parcial dentro del empleo total varía enormemente de unos países a otros (véase la columna final). Resulta llamativo que los Países Bajos cuentan con el mayor porcentaje de trabajadores a tiempo parcial (50,5%) junto el menor porcentaje de subempleo (4,0%). En España es al revés: porcentaje de trabajo parcial por debajo de la media (15,9%) con porcentaje de subempleo mayor que la media (57,3%). Un fenómeno parecido parece ocurrir con el resto de los países. El Gráfico 1 representa en el eje de abscisas el porcentaje de trabajadores subempleados sobre el total de trabajadores a tiempo parcial y en el eje de ordenadas el porcentaje de trabajadores a tiempo parcial dentro de los trabajadores totales. Como se puede observar, parece existir una clara relación inversa entre negativa entre el peso del subempleo y el peso del empleo a tiempo parcial. En efecto, los países con mayor porcentaje de subempleo parecen estar asociados a países con un porcentaje menor de trabajadores a tiempo parcial. Es una relación un tanto sorprendente.
Fuente: Eurostat y elaboración propia.
En el caso del País Vasco, la tasa de trabajadores a tiempo parcial se sitúa, según los últimos datos del primer trimestre de 2015, en el 13,6%. Resulta útil ver su evolución. En 2007 la tasa de parcialidad se hallaba en el 7,5%, en 2012 8,6% y en 2013 … ¡13,9%!.
¿Sugiere el gráfico que hay que aumentar el peso de los trabajadores a tiempo parcial para reducir el subempleo? Es demasiado aventurado decirlo. No parece que sea la panacea. Además, hay una cuestión relacionada no muy mencionada sobre los trabajadores a tiempo parcial: su impacto sobre las pensiones de jubilación u otras. Sentencias recientes (pincha aquí) han fallado sobre la inconstitucionalidad de las normativas de jubilación existentes desde 1994. Y es que a los trabajadores a tiempo parcial se les aplica un doble prorrateo respecto a los trabajadores a tiempo completo, sobre la cuantía de la pensión y sobre el período de cotización, dando lugar a una discriminación indirecta por razón de sexo (la sentencia señala que el 79% de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres) y vulnerando el artículo 14 de la Constitución. En efecto, Doña María Soneira Fraga (nacida en 1931) solicitó una pensión de jubilación en 1999, pero le fue denegada por no llegar al período mínimo de cotización de 15 años. Ella había trabajado más de 18 años (1981-1999), pero durante 1988-1999 había trabajado el 18,4% de la jornada (4 horas semanales). Por ello, en su caso, se señala que “la demandante tendría que trabajar 100 años para acreditar la carencia mínima necesaria de 15 años que le diera acceso a una pensión de jubilación de 112,93 euros al mes”. Un disparate. Esta sentencia obligó al Gobierno a cambiar la ley, pero la discriminación, aunque atenuada, persiste, con lo que los incentivos para trabajar a tiempo parcial no son altos.
Lo que parece muy claro es que, además de crear más y mejor empleo, hay que reducir el subempleo, dando así más oportunidades a los trabajadores a tiempo parcial, junto con una mejor cobertura legal. Además, hay que reducir la temporalidad de los contratos (este tema es para otro día). Veremos qué nos depara la recuperación de la actividad económica …