La llegada masiva de refugiados de zonas de conflicto como Siria es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta Europa. Este fenómeno se une al proceso estructural de inmigración por razones económicas que se viene produciendo desde países más pobres hacia nuestro continente desde hace varias décadas.
Una de las preocupaciones que genera la llegada de refugiados e inmigrantes es su efecto sobre el mercado laboral europeo. Normalmente, los refugiados e inmigrantes, debido a su formación académica, y a las dificultades que tienen para hablar el idioma local, suelen ocupar tareas poco cualificadas, como la construcción o el servicio doméstico. La teoría económica nos dice que si se produce un aumento de la oferta de trabajadores para realizar tareas poco cualificadas se puede producir una reducción de los salarios y de las oportunidades de empleo de los trabajadores poco cualificados nativos. Este efecto negativo es uno de los factores que alimentan el rechazo de una parte de la población a la llegada de refugiados e inmigrantes.
Sin embargo, diversos economistas han apuntado que la inmigración puede tener consecuencias positivas para los trabajadores poco cualificados nativos. El argumento es que la mayor competencia en tareas poco cualificadas, debido a la llegada de refugiados e inmigrantes, incentiva a los trabajadores poco cualificados nativos a buscar empleos que requieren una mayor complejidad y formación, y que pagan mejores salarios. Este movimiento hacia actividades más complejas contribuiría, además, a mantener las condiciones laborales de los trabajadores poco cualificados que no cambian de empleo, al reducir la oferta de este tipo de trabajadores.
Para analizar la validez empírica de este argumento, los profesores Foged y Peri, de la Universidad de Copenhague y UC Davis respectivamente, han analizado el efecto de la llegada masiva de refugiados a Dinamarca durante la década de 1990. Como muestran los autores, durante este periodo, Dinamarca acogió a muchos refugiados de zonas de conflicto como Yugoslavia, Somalia, Afganistán e Iraq. La mayoría de estos refugiados se integraron posteriormente en el mercado laboral danés realizando tareas poco cualificadas. El gobierno danés repartió a los refugiados en función de la disposición de vivienda temporal en los municipios. Asimismo, para que los refugiados se ayudasen entre sí, trató de concentrar los refugiados de cada nacionalidad en zonas concretas.
El estudio analiza si los trabajadores poco cualificados nativos que trabajaban en los municipios que recibieron más refugiados e inmigrantes sufrieron una mayor caída de los salarios o unas peores perspectivas de empleo que los trabajadores poco cualificados nativos que trabajaban en municipios que recibieron un menor número de refugiados e inmigrantes. Para realizar el análisis los autores cuentan con la vida laboral de todos los trabajadores daneses antes y después de la llegada de refugiados. Estos datos identifican en qué municipio trabajaban los nativos en cada momento, si realizaban tareas cualificadas o poco cualificadas, y el salario que percibían.
El estudio muestra que no hay una correlación negativa entre el número de refugiados recibidos por un municipio danés y el salario y las oportunidades de empleo de los trabajadores poco cualificados que trabajaban en dicho municipio. La ausencia de un efecto negativo se explica porque un número importante de trabajadores poco cualificados nativos, ante la mayor competencia en el mercado laboral por la llegada de refugiados, cambiaron su ocupación hacia actividades más complejas, que requerían una mayor formación. Al trasladarse a actividades de mayor complejidad, además, estos trabajadores mejoraron sus condiciones salariales. Los autores muestran también que los trabajadores que se trasladaron hacia actividades más complejas eran jóvenes y con una menor experiencia en la empresa.
¿Son los resultados de Dinamarca trasladables a otros países? Dinamarca se caracteriza por tener un mercado laboral flexible y por realizar una gran inversión en políticas activas de empleo. En países donde el mercado laboral es menos flexible, que tienen mayores tasas de desempleo y que invierten menos en políticas activas, la transición de los trabajadores menos cualificados a actividades más complejas puede ser más lenta. En este contexto parece lógico esperar que la llegada de refugiados e inmigrantes tuviera un efecto negativo sobre los salarios y oportunidades de empleo de los trabajadores menos cualificados. Sin embargo, otros estudios que han utilizado datos para un conjunto de países europeos no encuentran tampoco un efecto negativo sobre el mercado laboral.
La literatura económica ha mostrado que la inmigración tiene efectos positivos para un país en su conjunto. El estudio que hemos analizado muestra que la inmigración puede tener efectos positivos incluso sobre aquellos segmentos del mercado laboral, como la de los trabajadores menos cualificados, que más temor podían tener a la llegada de refugiados e inmigrantes.