Un elefante se ha hecho famoso en la economía: el elefante de la desigualdad de Branko Milanovic. Este economista de origen serbio, profesor de la City University de Nueva York, y que trabajó en el Banco Mundial durante más de 20 años, es uno de los mayores expertos en desigualdad en el mundo. El pasado año publicó un libro titulado Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization, en el que se incluía un gráfico similar al que aparece abajo y que, efectivamente, tiene la forma de un elefante levantando la trompa (yo tomo el gráfico de un trabajo anterior que publicó Milanovic con Lakner en 2015).
Fuente: Lakner y Milanovic (2015).
Para construir este gráfico, Milanovic utiliza datos de 120 países, que representan el 90% de la población mundial y el 95% de su PIB. En el eje horizontal se ordenan todas las rentas per cápita del mundo, de las más baja a la más alta. Milanovic no mide las rentas en valores absolutos (en euros o en dólares), sino en valores relativos, que se conocen como percentiles. Por ejemplo, el percentil 10 es la renta per cápita que deja debajo de sí al 10% de las rentas per cápita más bajas del mundo. El eje vertical mide cuánto ha crecido la renta per cápita en cada percentil durante el periodo 1988-2008. Este periodo es muy interesante, ya que durante el mismo se intensificó notablemente la integración de la economía mundial, con acontecimientos como la caída del Muro de Berlín, o la incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio.
El gráfico muestra tres hitos importantes: 1) El crecimiento más alto se produce en las rentas per cápita que están en la mitad de la distribución (Punto A en el gráfico). 2) Las rentas que se sitúan alrededor del percentil 80 apenas experimentan crecimiento (las rentas alrededor del Punto B en el gráfico). 3) Las rentas muy altas tienen un fuerte crecimiento (el punto C en el gráfico). ¿Qué personas del mundo se encuentran en cada uno de estos puntos? Los habitantes que han visto crecer más su renta per cápita son los habitantes de China e India que en 1988 tenían una renta per cápita media en sus países. De hecho, el 90% de las personas que han visto crecer más su renta vivían en Asia. La mayoría de los habitantes con un menor crecimiento de la renta son las personas que en 1988 vivían en países como Austria, Alemania, Dinamarca y Estados Unidos, y que contaban con una renta media-baja en esos países. Finalmente, las personas con una renta per cápita muy alta, y que han visto crecer su renta de forma notable en el periodo 1998-2008, vivían mayoritariamente en países occidentales, y la mitad de ellos en Estados Unidos.
Como señala Milanovic, es razonable preguntarse si existe alguna relación entre el crecimiento de las rentas en los países asiáticos y el menor crecimiento de las rentas medias y bajas en los países occidentales. La globalización ofrece un nexo entre ambas rentas, ya que aumenta la demanda de productos intensivos en cualificación baja y media producidos en Asia y la renta de las personas que fabrican dichos bienes; y reduce la producción de esos bienes en las economías occidentales, haciendo descender la demanda de trabajadores que se situaban en los rangos de renta media-baja en esos países. Este es uno de los argumentos que ha utilizado Trump para ganar el voto de muchas personas cuyas rentas apenas han variado en términos reales en Estados Unidos durante las últimas dos décadas.
El gráfico muestra que la renta ha mejorado para el conjunto de la población mundial. Además, el mayor crecimiento de la renta en las clases medias de países como China e India ha permitido reducir, aunque muy levemente, las desigualdades a nivel global. El estudio también muestra que, a pesar de que exista desigualdad en renta dentro de cada país, las mayores diferencias se producen entre países. En concreto, si tomamos dos personas al azar en el mundo y comparamos su renta, el 75% de la diferencia se explicaría por el país en el que viven, y el 25% por la posición que ocupan en la distribución de la renta en cada país.
De acuerdo a Milanovic, si China, India e Indonesia siguen creciendo al ritmo actual la desigualdad disminuirá en el mundo. Esperemos que dentro de algunos años encontremos al elefante con la cola levantada y la trompa recogida.