Uno de los retos más acuciantes a los que nos estamos enfrentando es el de la sostenibilidad. Los objetivos de desarrollo sostenible introducidos por las Naciones Unidas marcan una clara dirección para que los países logren dichas metas para el año 2030. En este sentido, las universidades juegan un papel importante a la hora de generar cambios para el desarrollo sostenible, ya que contribuyen con el conocimiento y la experiencia necesarias para comprender los procesos insostenibles (tanto económica como medioambientalmente), para desarrollar estrategias alternativas y también para educar a los futuros gestores y tomadores de decisiones. Sin embargo, las universidades no son sólo lugares de investigación y aprendizaje, sino también lugares en los que vivir y trabajar, y como tal, también dejan una “huella ecológica”.
Un artículo reciente analiza el papel que las iniciativas estudiantiles pueden desempeñar en el seno de las universidades para poder lograr objetivos relacionados con el desarrollo sostenible. El artículo se centra en el caso de la Universidad de Tübingen (Alemania), en la cual la iniciativa estudiantil promovió que dicha universidad se convirtiera en la primera universidad del país en ser medioambientalmente sostenible.
En el año 2009, la Universidad de Tübingen lanzó un programa de cursos interdisciplinarios a través de la iniciativa estudiantil Greening the University, por medio de la cual los estudiantes buscaban generar un espacio para el debate científico y participativo de cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible. El contenido y la metodología de dicho programa era diseñado conjuntamente por los estudiantes y los profesores, y el formato era abierto y discursivo.
En el semestre de invierno del curso 2015/16, los alumnos plantearon como tema a abordar en dicho programa la “Universidad sin basura: ¿un sueño de futuro o algo realmente posible?”. Tras el desarrollo de una serie de seminarios y talleres en los que se abordó la materia desde múltiples prismas, los estudiantes que participaban en el curso comenzaron a plantear proyectos a la responsable de residuos y la coordinadora de medio ambiente, para la reducción de residuos en la universidad, en una iniciativa que estuvo vigente hasta febrero de 2016. La idea era poner en marcha proyectos, acompañarlos durante un tiempo y luego transferirlos a la estructura de la universidad para que tuvieran continuidad a largo plazo. Un ejemplo de estos proyectos fue el de eliminar los vasos desechables de las cafeterías de la universidad, algo a lo que ya hicimos mención en otro post (puedes leerlo aquí). Las estimaciones que realizaron indicaron que se producían anualmente alrededor de 1,6 millones de vasos desechables en la universidad.
El plan funcionó, y el sistema de gestión medioambiental de la universidad, así como el comité para la sostenibilidad de la misma, que incluía a estudiantes, profesores, la dirección y al personal administrativo, aprobó un conjunto de proyectos que permitieron que la Universidad de Tübingen se convirtiera en la primera universidad alemana en ser medioambientalmente sostenible. En este caso, por sostenibilidad medioambiental (o neutralidad energética) se entiende el hecho de que el 100% de las necesidades energéticas son cubiertas con medios provenientes de la naturaleza, como el aire, la luz, el agua, etc.
Tras este proyecto, los activistas de Greening the University de la Universidad de Tübingen quisieron extender su experiencia a otras iniciativas estudiantiles para promover el cambio en las universidades de todo el país. Con este fin, fundaron la red netzwerk n, una asociación sin ánimo de lucro dedicada al intercambio de conocimientos y experiencias relacionadas con el desarrollo sostenible. Desde entonces, la red netzwerk n se ha ido consolidando año a año, estando actualmente formada por más de 15 organizaciones estudiantiles internacionales y unos 650 estudiantes organizados en 45 grupos de trabajo. Los resultados que han emanado de dicha red han tenido un impacto tal en las universidades alemanas, que el Ministerio Federal de Educación e Investigación (BMBF) ha decidido implantar el programa “Shaping sustainable universities” para poder acompañar y ofrecer financiación a las iniciativas de sostenibilidad de los estudiantes.
Para poder lograr los objetivos de desarrollo sostenible, además de implementar políticas específicas, no debemos olvidar la implicación necesaria de las nuevas generaciones. Las universidades constituyen en este sentido un espacio idóneo para facilitar la implicación de los estudiantes en la búsqueda de soluciones participativas. Esta es una responsabilidad compartida, en la que los estudiantes también deben creer en que el cambio es posible, y que cuando el trabajo sistemático y continuo se ve acompañado por sus habilidades innatas para buscar el cambio, todo es posible.
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