Algunos datos (más desconocidos) sobre la situación económica en 2022
La situación económica actual y las previsiones económicas para 2022 son bastante conocidas. El crecimiento real del PIB español sería del 4,6% para 2021, 5,5% para 2022 y 4,4% para 2023, según la Comisión Europea, si bien parece que en 2021 se puede acercar al 5%, teniendo en cuenta la ligera revisión al alza del PIB (realizada por el INE el 23 de diciembre), frente al 6,5% que todavía prevé oficialmente el Gobierno español. La inflación anual de 2021 se ha situado en el 6,6%, que es una cifra muy alta (en 2020 fue del -0,5%), no vista desde hace 30 años. El número de ocupados parece haber recuperado el nivel prepandemia, o casi (según el INE o la Seguridad Social). Se espera que España llegue al nivel de PIB prepandemia a comienzos de 2023. Además, el Gobernador del Banco de España señala que “si se mantienen las condiciones de hoy en relación con la evolución de la inflación subyacente y las previsiones de inflación, no esperamos subidas de tipos en 2022” (pincha aquí).
Además, se prevén crecimientos del PIB mundial de 5,9% y 4,9% para 2022 y 2023, respectivamente (según el FMI), en la zona del euro se prevé que sean del 5,1% y del 4,2% respectivamente y, finalmente, el Gobierno Vasco espera crecimientos del 5,6% (Eustat avanzó 5,5% hace pocos días) y 6,7% para 2021 y 2022. En suma, parece que será un “buen” año el 2022 y algo menos el 2023.
Pero en este post me quiero detener, también, en algunos aspectos que no son tan conocidos, en relación a dónde estamos en comparación con la situación económica prepandémica. Para ello, debemos tener en cuenta que, si el nivel del PIB en el 4º trimestre de 2019 (el último “normal” antes de la pandemia) era igual a 100, en el 3er trimestre de 2021 (el último conocido) es de 94,5 (esto es, todavía estaríamos 5,5 puntos porcentuales por debajo del nivel prepandemia) y, análogamente, el número de las horas totales trabajadas en el 3er trimestre sería de 96,5 también (esto es, estaríamos 3,5 puntos porcentuales por debajo del nivel prepandemia). Ello ha generado un interesante debate sobre las razones de esta diferencia entre producción y horas trabajadas (estimaciones menos fiables del PIB, la mayor importancia del teletrabajo, etc.), pero no existe un consenso unánime por el momento.
Pero ¿qué ha pasado con la distribución de las rentas en el PIB, que, dejando a un lado los impuestos, corresponden a la remuneración de asalariados (“sueldos y salarios”) y el excedente bruto de explotación/Renta mixta bruta (grosso modo, beneficios de las empresas y los “salarios” de los autónomos)? Es la pregunta del gran economista clásico David Ricardo (1772-1823). Como se puede observar en la Tabla 1, para un nivel de PIB a precios corrientes (cuidado, sin deflactar) en el 3er trimestre de 2021 de 301.432 millones de euros en España, la remuneración de asalariados supone 145.973 millones de euros, que es casi el mismo que antes de la pandemia. Sin embargo, el Excedente Bruto de Explotación/Renta Mixta Bruta ha caído casi 9 puntos porcentuales, junto con 4,3 puntos porcentuales para el PIB. Otra manera de verlo es que la participación de la remuneración de asalariados en el PIB ha subido 2 puntos porcentuales (de 51,8% a 54,2%) desde la prepandemia. Hay diferencias notables por sectores económicos. Entre los sectores más importantes en cuanto a su volumen de actividad que han visto aumentada la participación de los asalariados destacan las “actividades profesionales, científicas y técnicas y otras”, que se sitúa más de 9 puntos porcentuales por encima del nivel de prepandemia, y “Administración Pública, Educación y Sanidad”, más de 8 puntos porcentuales por encima también. En el rincón opuesto destacan, entre los que tienen mayor volumen de actividad, “Comercio, transporte y hostelería”, con descensos de más de 9 puntos porcentuales hoy, o la “Industria manufacturera”, con más de 8 puntos porcentuales menos hoy, respecto de la remuneración de asalariados en el 4º trimestre de 2019 (la mayor caída se la llevan las “actividades inmobiliarias” con un descenso de casi 19 puntos porcentuales). Debo añadir también que, teniendo en cuenta que la remuneración de asalariados se mantiene prácticamente constante habiendo disminuido el número de horas trabajadas, el salario medio por hora trabajada ha aumentado un 4,1%. De hecho, en los 4 sectores arriba mencionados (no el de actividades inmobiliarias), el salario medio por hora ha aumentado por encima del 4,1%, salvo en el de comercio, transporte y hostelería (0,26%). La recuperación general y sectorial dependerá de la evolución de pandemia, de los precios energéticos, y de los “cuellos de botella” internacionales (ahora también, la escalada del conflicto Rusia-Ucrania), entre otros factores.
Ciertamente, la recuperación está teniendo lugar, pero está siendo más lenta de lo previsto inicialmente. Además, nos espera una época de enorme incertidumbre con muchos frentes abiertos y nos toca adaptarnos a ella …