La ciencia ha demostrado de manera inequívoca que el cambio climático está transformando el planeta para peor. Sin embargo, a pesar de la ingente cantidad de artículos científicos e informes que garantizan que el cambio climático es irreversible y apuntan a las conclusiones de la inacción, la ciencia no ha logrado estimular a los gobiernos a tomar riendas y abordar la cuestión en profundidad.
Debido a que los resultados de la investigación científica no están siendo escuchados, Bruce Glavovic (Catedrático de la Massey University en Nueva Zelanda), Timothy F. Smith (Catedrático de la University of the Sunshine Coast en Australia), e Iain White (Catedrático de la University of Waikato en Nueva Zelanda), todos ellos investigadores sobre cambio climático, han decidido emprender una acción que está generando múltiples reacciones en uno u otro sentido. En un artículo recientemente publicado en la revista Climate and Development, y que ha tenido amplia difusión a raíz de un artículo publicado por el New York Times, Glavovic y sus colegas hacen un llamamiento a los científicos que estudian el cambio climático a organizar una huelga masiva para detener su investigación hasta que las naciones tomen medidas concretas para paliar el calentamiento global.
Tal y como relatan los tres autores anteriores, han tenido lugar 26 reuniones de la conferencia del clima de las Naciones Unidas (la 27a tendrá lugar entre el 7-18 de Noviembre de 2022 en Egipto), estando cada una de ellas soportada por una enorme cantidad de evidencias e informes científicos, por lo que se preguntan: ¿qué diferencia conllevará el hecho de producir más informes científicos, que sabemos apuntarán en la misma dirección que todos los anteriores?
El Dr. Glavovic es uno de los 270 expertos que han participado en los informes emitidos por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, el organismo de las Naciones Unidas que evalúa la investigación sobre el cambio climático y que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007. El último informe emitido por este panel, de 3.675 páginas, fue publicado el pasado 4 de abril de 2022, y concluye, una vez más, que el calentamiento global está superando nuestra capacidad de lidiar con el mismo. Cada uno de estos informes requiere de un esfuerzo titánico, impagable, tanto en términos humanos (horas de trabajo de los expertos) como económicos (coste del informe). Sin embargo, éstos no prescriben políticas concretas, sino que simplemente exponen los posibles escenarios que se pueden avecinar en el futuro.
Glavovic y sus colegas consideran que hacer una pausa en la investigación le daría a la comunidad científica la oportunidad de reflexionar en profundidad acerca de las posibles maneras en la que poder hacer uso de sus habilidades cognitivas, no para estudiar la trayectoria que está llevando y/o que llevará el planeta, sino para alterarla. Como un primer paso, Glavovic ha decidido no participar en la próxima reunión del panel, no porque considere que el panel ha fallado, sino porque cree que ha sido un éxito, ya que ha demostrado, sin paliativos, los vínculos entre la actividad humana y el calentamiento global. Pero considera que es el momento de que la ciencia pase del diagnóstico a la acción, ya que el tiempo corre en nuestra contra, y el efecto marginal de un informe adicional es nulo.
El hecho de escuchar a estos tres científicos decir cómo no quieren seguir documentando el declive de nuestro planeta, sino que quieren tratar de usar el poco tiempo que nos queda como civilización para producir cambios reales que alteren la realidad que tenemos delante, me ha hecho reflexionar sobre la contribución que hacemos los científicos a la sociedad. Soy un ferviente creyente en que la investigación científica tiene que servir para transformar la sociedad, y eso, en ocasiones, requiere salir del laboratorio y pasar a la acción, principalmente con entidades locales, que desean producir cambios a escala local. En Euskadi en general y en Gipuzkoa en particular, podemos decir que somos unos afortunados, ya que contamos con varias organizaciones cuya misión es precisamente ésta, a saber, la de contribuir a la transformación social a través de la ciencia. Por ejemplo, la razón de ser de Jakiunde (Academia de las Ciencias, de las Artes y de las Letras vascas) es la de actuar como un foro de reflexión, análisis, diagnóstico y asesoramiento sobre los grandes retos a los que nos enfrentamos, contribuyendo a que dichas reflexiones sean de utilidad para la sociedad. A su vez, en Gipuzkoa, Etorkizuna Eraikiz nos ofrece una plataforma única para facilitar la escucha de todos los estamentos de la sociedad y la experimentación de soluciones de manera colectiva a los retos a los que se enfrenta el territorio. Y tú, ¿te unes a la acción?
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