Desde 1995 hemos sufrido las dos crisis económicas más importantes desde la Guerra Civil española, aún más fuertes que las dos crisis del petróleo (1973 y 1980) o la crisis europea debido a la reunificación alemana (1993).
Aprovechando el comienzo de la asignatura de macroeconomía he mostrado a mis alumnos/as en clase la evolución de la economía española desde 1995, adaptándolo de un post reciente sobre la evolución económica desde 2007. El Gráfico 1 muestra la evolución del Índice de Volumen Encadenado trimestral en España (2015=100) desde 1995 a 2022 en logaritmos naturales, lo que permite observar las tendencias más claramente y ver el impacto económico de las dos últimas grandes crisis. La línea roja continua muestra la evolución del PIB trimestral desde 1995 a 2008 y la línea roja discontinua la tendencia de dicha evolución: el coeficiente importante es el asociado al término x porque mide el crecimiento trimestral medio del período, que es 0,0092 o 0,92%, que, a su vez, equivale a un 3,7% anual aproximadamente, una cifra bastante alta. Puestos a fantasear, si hubiéramos seguido a ese mismo ritmo también desde 2008 el PIB real sería de 175 aproximadamente cuando el valor actual está en 110: tendríamos un PIB un 60% superior casi. La línea verde continua muestra la evolución del PIB trimestral desde 2013 a 2019 y la línea verde discontinua la tendencia de dicha evolución: 0,0069 ó 0,69%, que, a su vez, equivale a un 2,8% anual aproximadamente, claramente por debajo de la cifra anterior, como cabría esperar. La línea morada continua muestra la evolución del PIB trimestral desde 2021 a 2022 y la línea morada discontinua la tendencia de dicha evolución: 0,0139 o 1,39%, que, a su vez, equivale a un 5,6% anual aproximadamente, muy encima de las cifras anteriores, como cabría esperar también. A medida que recuperemos la situación prepandémica volveremos a tasas de crecimientos más normales, si se mantiene todo lo demás constante.
Gráfico 1. El PIB real trimestral en España (en logaritmos), 1995-2022. 2015=100.
Fuente: INE.
Este gráfico muestra claramente las heridas y cicatrices de nuestro sistema económico en el período más reciente. No debemos olvidarlas. Pero hay que hacer más, debemos mejorar su funcionamiento y, como suelo repetir a menudo, la mejora de la productividad es fundamental para conseguirlo. Hay que ponerse manos a la obra.