La semana pasada más de 200.000 alumnos comenzaron sus estudios universitarios en España. Muchos de ellos lo habrán hecho convencidos de que el grado que van a cursar les permitirá desarrollar en el futuro la carrera profesional deseada. Otros, sin embargo, todavía no tendrán claro qué carrera profesional quieren desempeñar en el futuro, y habrán elegido sus estudios más por descarte que por convencimiento.
Según la economía debemos elegir la ocupación que maximice nuestro bienestar durante nuestra vida laboral. Nuestro bienestar va a depender, básicamente, de dos cosas. La primera es lo feliz que nos hace la tarea que vamos a desarrollar. Aunque no es fácil, los alumnos deben preguntarse qué tipo de actividades les hacen felices y cuáles les hacen infelices. La segunda es las oportunidades de empleo y el salario que puedo percibir en el futuro. El peso que tenga cada elemento en la ecuación dependerá de cada uno. Algunas personas valoran muchísimo más realizar una tarea que les haga felices, aunque cobren poco (por ejemplo, trabajar en una ONG), y otros prefieren ganar mucho dinero realizando una tarea que quizá no les haga muy felices (por ejemplo, trabajar en una plataforma petrolera en el Mar del Norte).
Si ya tenemos dificultades para decidir qué tareas nos hacen más felices, todavía resulta más complicado determinar en qué tarea podré maximizar mis oportunidades de empleo y mi salario. Normalmente, tenemos más oportunidades de maximizar nuestro salario si nos especializamos en aquella actividad en la que tengamos alguna ventaja comparativa, en la que nuestras habilidades sean relativamente mejores que las de los demás. Y ¿cómo saben los alumnos en qué habilidades son relativamente mejores? Normalmente la vía principal para recoger esta información son los estudios obligatorios y de bachillerato que han realizado antes de llegar a la universidad. Desde una edad temprana nos enfrentamos con asignaturas que nos permiten identificar en qué somos buenos y en qué no somos tan buenos. Si las matemáticas nos cuestan, pero disfrutamos con lengua y literatura, seguramente iremos gravitando hacia actividades en donde las habilidades matemáticas sean menos importantes. Si observamos que tenemos una escasa habilidad manual, tendremos una mayor preferencia por actividades donde la parte cognitiva sea más importante. Además, la escuela nos permite observar nuestras ventajas en términos relativos, ya que constantemente nos estamos comparando con el resto de compañeros. La educación, por tanto, no solamente es importante para adquirir conocimientos y habilidades sociales. Lo es también porque nos permite comenzar a identificar en qué actividades somos relativamente buenos. Por ello, una de las cuestiones que se deberían tener en cuenta al diseñar el curriculum educativo es que exista una amplia variedad de áreas de estudio/habilidades para que los alumnos puedan identificar su ventaja comparativa. Por otro lado, antes de llegar a la universidad, los alumnos deberían estar expuestos a situaciones que les permita identificar mejor sus habilidades. Estas situaciones pueden estar ligadas a actividades extra-curriculares tan diversas como la participación en grupos sociales, trabajos de fin de semana o campos de trabajo.
La falta de sintonía entre habilidades y ocupaciones tiene costes muy importantes. Un reciente estudio, que utiliza datos de Estados Unidos, ha analizado la sintonía entre las habilidades de los trabajadores y las competencias requeridas para desempeñar las tareas que realizan dichos trabajadores. El estudio identifica los trabajadores que habían conseguido una buena sintonía entre sus habilidades y las competencias requeridas para el trabajo, y los trabajadores donde la sintonía era muy pequeña. Los autores muestran que, por término medio, los trabajadores con una buena sintonía entre habilidades y competencias, durante un periodo de 15 años, logran un salario acumulado 121,000 dólares superior.
Nuestra vida está en gran parte marcada por el trabajo que realizamos. Por tanto, es importante que dediquemos tiempo a reflexionar sobre qué tareas nos hacen felices y cuáles nos permiten maximizar nuestras oportunidades de empleo y salario.