El martes de la semana pasada tuve la suerte de poder escuchar a Gustavo Entrala en el colegio mayor Jaizkibel de San Sebastián, donde departió con varixs estudiantes de grado acerca del futuro que nos espera y de cómo podemos incidir en él a través de la innovación.
Gustavo comenzó su exposición preguntando quiénes de las personas en el público querían cambiar el mundo. De manera creciente, las personas que generan opinión (a nivel empresarial, social, político, etc.) suelen terminar sus discursos diciendo que si hacen lo que hacen es para hacer “del mundo un lugar mejor”. Pero, ¿qué entendemos por “cambiar el mundo”? ¿Estamos hablando de idealizar el pasado? ¿O de tomar el poder y poner “a los míos”? ¿O lo que buscamos es acabar con todas las conspiraciones mediáticas que imposibilitan el progreso? ¿O de armar una revolución que busque que la gente piense, hable, vista, vote y sienta como yo? Las personas presentes en la sala mostraron diferentes tener percepciones sobre lo que se puede entender por “cambiar el mundo”.
Gustavo ofreció una serie de ejemplos de personas que sí han logrado cambiar el mundo en el que vivimos (p.e. Al Gore, Bill Gates, la Madre Maria Teresa, Walt Disney, Fleming), tanto en el momento presente como en el pasado, y mencionó algunas de las características que todas ellas tenían en común, y que se pueden sintetizar en esta frase: trabajan en aquellas cosas que les gustan, y hacen lo que dicen que hacen. Gustavo incidió fuertemente sobre este último punto, y es que ser consecuente con aquello que unx mismx dice, conlleva que sus ideas y sus actos se propaguen en la sociedad y otras personas sigan el camino iniciado por otrxs.
El argumento central de la charla de Gustavo se centró en qué podemos hacer como individuos para cambiar el mundo en la actual era de la post-verdad. A continuación destacaré las 10 ideas más importantes que surgieron en el debate.
Sin duda alguna, estamos viviendo un momento histórico caracterizado por su volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Y la única manera que tenemos de poder sobrevivir en un entorno que cambia de manera tan acelerada es adaptarnos a dicho ritmo de cambio e innovar. Charlas como las de Gustavo nos iluminan, aunque también nos ponen frente al precipicio.
Eppie Lederer, columnista del Washington Post, escribió en 1975 “Si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”. Algo parecido podríamos decir con la necesidad de innovar, y es que tanto en la biología, como en la economía, sin cambio, no hay evolución.
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