TERESA FLAÑO
Tres amigas donostiarras, una de ellas era yo, en la bodega de un amigo
en Madrid. Cena para unas diez personas y allí estaba ÉL, Pepe Navarro.
Entonces preparaba el programa para volver a TVE, ese que duró un
cuarto de hora. Se habló de vinos, de televisión, de cocina y de
concineros, incluso de periodismo, pero les juro que en ningún momento
este don juan recién descubierto nos intentó echar los tejos. Eso sí,
recibía muchas llamadas de teléfono y se marchó pronto. Cuando
empezaron a salir a la luz sus andanzas nos preguntábamos, siempre
entre risas, lo juro, por qué no había querido ligar con nosotras,
porque tal y como lo describen, el amigo gay que estaba en la cena no
era su estilo. Ahora, la bola de sus relaciones personales está
creciendo. Le aparecen hijos hasta ahora desconodidos, periodistas del
cotilleo profesional aseguran que hay algún otro por ahí. Salen fotos
con chicas del tipo de Sonia Monroy y Yola Berrocal… Él se queja
porque se están metiendo con su intimidad. Y nosotras seguíamos
comentando que con nosotras no quiso ligar. Pero reflexionando hicimos
balance: ¿No era Pepe Navarro quien hizo popular al basto travesti La
Veneno?, ¿No hizo el periodismo más asqueroso con el tema de las niñas
de Alcasser? ¿No insultaba a sus cámaras y colaboradores en directo?,
entre otros aspectos de ese trabajo suyo tan profesional. No buceaba en
la mierda constantemente y otras lindezas. Ahora ya sé porque no quería
ligar con nosotras…