Alberto Moyano

‘La ciudad se mueve’, anoche en Teledonosti, abordó el doble asunto de
niños obesos/jóvenes anoréxicas. El debate a seis bandas sacó a relucir
algunas cuestiones que dejó en el aire: que el número de niños con
sobrepeso crece a la par que el de los nutricionistas; que lo mismo
sucede con el porcentaje de personas que se sienten a disgusto con su
cuerpo y la cifra de clínicas dermoestéticas; y que aumentan los
psicólogos y psiquiatras a la par que el número de jóvenes los que se
detestan por su aspecto.
Por el debate sobrevolaron dos asuntos cruciales, tales como que la
pretensión de gustar mucho, siempre y a todo el mundo conduce al
abismo, y que detrás de las necesidades de adelgazar, cuidarse,
quererse más, rectificar la línea de la nariz o ponerse labios hay
siempre una caja registradora y alguien cerrando balances.
En el capítulo de anécdotas, se pudo entrever los horrores de la
industria de la perfección física, representada por la aplicación de
toxinas para la tersura facial en una técnica denominada botox y la
venta de cabezas de tenia para la ingesta del usuario, que deja así que
un parásito instalado en su intestino se encarge de hacer el trabajo.
Una opción, en todo caso, un poco terrorífica.