Alberto Moyano

Ten cuidado con lo que deseas porque puede acabar convirtiéndose en
realidad, dijo alguien, puede que el refranero español, la milenaria
sabiduría oriental o la tradición sioux. A Odón Elorza, el sistema le
funciona. El alcalde dice que PNV y PP forman el bloque derechista del
Ayuntamiento donostiarra y acto seguido, el portavoz nacionalista,
Xabier Ezeizabarrena, se descuelga en la prensa con un artículo
titulado «¿Cuánto nos cuesta el autobús?». En su texto, Ezeizabarrena
parece engancharse a aquella vieja teoría que popularizó Margaret
Thatcher, según la cual, «quien a los treinta años sigue viajando en
transporte público es un fracasado» para exhibir, de paso, el déficit
económico de este servicio.
El portavoz de EAJ/PNV se queja del déficit que genera la Compañía del
Tranvía de San Sebastián y a partir de ahí se lanza en picado, en una
especie de enmienda a la totalidad a lo que es el funcionamiento de la
CTSS y concluye pidiendo «una auditoría ambiental de la gestión y los
impactos de la Compañía en la ciudad».
Ezeizabarrena está molesto porque «cada donostiarra abona anualmente
por el déficit de la CTSS una 7.500 personas, aunque no utilice el
autobús». En el caso de nuestro concejal, resulta que ha cogido papel y
boli para descubrir aterrorizado que su familia de cinco miembros
destina 37.500 pesetas, «aunque casi siempre vayamos a pie o en
bicicleta». Por seguir con el ejemplo, se ve que la familia
Ezeizabarrena no vive en ninguno de los barrios altos –y es una pena
porque sería tan bonito verla pedalear por Ategorrieta…– ni tampoco
incluye a personas de cierta edad, de ésas que se cansan andando y a
las que les duelen las rodillas. Pues vale. Bienvenido sea el debate
pero, antes, sea bueno y adelántenos antescuánto cobra del Ayuntamiento
y, si puede ser, cuanto cuesta cada concejal a cada ciudadano, incluso
a quienes no utilizan concejal alguno. Y de paso, que cuente también,
si es posible, si hay déficit o no en los transportes públicos de
localidades e instituciones gobernadas por su partido, Bilbao mismo,
por poner un ejemplo.