Alberto Moyano

‘La ciudad se mueve’ abordaba anoche en Teledonosti el eterno -y sin embargo creciente- problema de la circulación vial por Gipuzkoa. Las peticiones de más carreteras, las exigencias de un mejor transporte público y los llamamientos a renunciar al uso indiscriminado del vehículo privado convivieron sin problemas con la exaltación del coche como “símbolo de libertad y autonomía”, todo esto, mientras la pantalla mostraba una selección de algunos de nuestros mejores atascos.

Los representantes de Gobierno Vasco y Diputación pusieron sobre la mesa sus últimos esfuerzos en esta materia, pero la eficacia de los mismos se vio comprometida una y otra vez por las llamadas de los telespectadores. Mientras, el portavoz de Guitrans recalcó que ellos ya habían advertido que esto acabaría pasando y los alcaldes de Irún y Tolosa mantenían una actitud de compadreo, en la medida en que el problema no es de su competencia.

El clímax emocional lo puso la llamada de una madre cuyo hijo falleció el 15 de mayo de 2005 en un accidente de moto causado al parecer por un desperfecto en el asfaltado. La señora relató cómo mientras por un lado se procedía a levantar el cadáver, por el otro comenzaba la reparación de la carretera. Algún ángel podría pensar que esta muerte sirvió para salvar otras vidas.  No es el caso. Los responsables políticos sentados en la mesa mostraron su profunda pena y continuaron exponiendo sus logros en lo que va de legislatura, obviando los llamamientos de Álvaro Bermejo para que dejaran de echar balones fuera.