Alberto Moyano
El crítico televisivo de DV José Javier Esparza reunió a un numeroso público el pasado viernes en San Sebastián con su conferencia ‘¿Tiene arreglo la televisión’? El grueso de la tropa, obviamente, lo conformaban las señoras que acostumbra a acudir a las convocatorias del Aula de Cultura DV, confrontadas en esta ocasión a la necesidad de confirmar lo abyecto de sus gustos televisivos.
En el ánimo general predominaba la opinión de que la programación televisiva está hecha de basura, pero si a Esparza se le hubiera ocurrido disertar sobre los documentales de La 2 la sala se hubiera vaciado con relativa rapidez. Sin embargo, si el acto decepcionó fue porque evitó la sucesión de chascarrillos que quizás esperaba buena parte de la audiencia.
Aunque este crítico siempre se esfuerza por dejar meridianamente claras la posición desde la que formula sus opiniones -católica y conservadora- su conferencia no fue un sermón moral. Por el contrario, explicó con claridad meridiana que las parrillas televisivas no son el fruto de una confabulación por parte de poderes ocultos para embrutecernos sin remedio, sino el resultado del habitual juego de causas y efectos en el que nuestros gustos y elecciones ejercen a la vez el papel de motor y de combustible.
Pese a todo, Esparza alivió nuestra responsabilidad en tanto despropósito recurriendo a los múltiples estudios científicos que, al parecer, avalan la teoría de que cuanto más infame es el programa, más se nos relaja el paleocortex, en lo que constituye un masaje cerebral que explicaría nuestra postración mental ante los mensajes televisivos.
Una relajación mental sobre la que tampoco la televisión ejerce monopolio, como demostró el señor que roncó durante la hora larga que duró la conferencia en la última fila del ‘gallinero’ de la sala Kutxa. Por cierto, la conclusión a la que llegó JJ es que no, que la tele no tiene remedio, que es tanto como decir que tampoco nosotros lo tenemos.