Alberto Moyano
1) Hay países condenados al desencuentro. Apenas unas horas después de que la Asamblea Nacional de Cuba eligira a un nuevo líder de 77 años y una dirección con una media de 71, Hollywood coronaba ‘No es país para viejos’ como película del año.
2) Javier Bardem ha ganado su Oscar y lo ha hecho interpretando a Anton Chigurh, el personaje de ficción más aterrador del año, si exceptuamos a Pizarro como improbable ministro de Economía.
3) EE UU aún sorprende en su grandiosa concepción de la libertad de expresión. Cuesta imaginar cuál sería la reacción española si un actor extranjero manifestara que se ha inspirado en el inquilino de la Moncloa para interpretar a un asesino psicópata, pero seguro que muchos premios no le daríamos.
4) Dos datos: todos los intérpretes galardonados, tanto en la categoría de actor principal como en la de secundario, son europeos. Tres de las cinco películas nominadas están basadas en novelas y una cuarta, ‘Juno’, es obra de una ex stripper que pretendía escribir una novela.
5) En un intento quizás de que nadie le reconociera, Julian Schnabel acudió a la gala ataviado con esmoquin y pajarita. Obviamente, despojado de su pijama de la suerte, sus opciones quedaron reducidas a cero.
6) La mayoría de las actrices optaron por diseños rematados en escote palabra de honor, un formato extremadamente cruel con su portador a no ser que se trate de Sofía Loren.
7) Alberto Iglesias se ha quedado sin estatuilla a la mejor composición. Lo habitual en estos casos es recurrir al socorrido “la próxima vez será”, pero no es seguro que la haya ya que el donostiarra coquetea con la idea de abandonar el cine, aunque no dice cuándo. Por cierto, sus bandas sonoras son muy apreciadas, pero ¿hay alguien capaz de tararear de memoria alguna de ellas?