Alberto Moyano

En apenas unas semanas, Andrés Pajares ha desbancado a Pete Doherty como mayor generador de noticias rocambolescas envueltas en comportamientos extravagantes. La principal diferencia entre ambos es que el segundo no cuenta con una familia compitiendo por inmortalizarle en la foto finish del proceso degenerativo.

Si el martes era detenido y puesto a disposición judicial por amenazar y agredir al personal de un bufete de abogados, en concreto, del que le lleva las finanzas, hoy le ha tocado ser  ingresado en un hospital de Barcelona, víctima de un ataque de ansiedad que se ha traducido en destrozos en la habitación de un hotel, a altas horas de la madrugada.

Agotado y requeteamortizado como actor de cine y teatro, Pajares cuenta, a diferencia del resto de mortales inestables, con la ventaja de convertir sus desequilibrios en liquides económica. La ecuación es sencilla: a mayor desequilibrio, mayor liquidez.

De hecho, los diez millones de pesetas que ingresó hace unas semanas a su paso por un programa de Antena 3 le han permitido entregarse de cuerpo y alma a su enrevesada forma de entender el ocio.

Ahora, esperemos que los médicos elaboren el pertinente informe tóxico o psiquiátrico y lo pongan cuanto antes a disposición de los platós de televisión, que es donde deben estar este tipo de personas.