Alberto Moyano

El lehendakari Ibarretxe se apresta a denunciar a España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si el Tribunal Constitucional impide que se celebre la consulta del 25 de octubre.

Simultáneamente y para que nadie se alarme, el PNV adelanta que esto no significa en absoluto que descarte un acuerdo con el PSOE sobre los presupuestos de Madrid que de producirse, alumbraría de forma automática en el Parlamento Vasco un ‘hermano gemelo’, sin que -por supuesto- uno y otro tuvieran nada que ver.

Tanto denunciar a España “por violar la Convención Europea sobre Derechos Humanos y Libertades Fundamentales” como negociar la aprobación de los presupuestos parecen decisiones la mar de razonables y hasta puede que lo sean. Otra cosa es que resulten compatibles.

Es un poco como lo de la mujer del César, el serlo y el parecerlo. No puedes denunciar a tu proxeneta a la vez que negocias con él tus tarifas. Bueno, sí puedes, pero te resta credibilidad (en lo de la denuncia, no en lo de las tarifas).
 
Y si esquizoide resulta la postura del PNV, de cínica podría calificarse la del PSOE, al que le traen al pairo las denuncias, así sean ante el Tribunal de La Haya, con tal de que se aprueben sus cuentas del Estado. Lo cual también ya dice sobre las dimensiones que adquiere el fracaso de Ibarretxe.