Alberto Moyano
El profesor Jesús Neira continúa en coma tras la agresión sufrida a manos de Antonio Puertas después de mediar en la disputa, al parecer violenta, que éste mantenía con una mujer de 29 años.
A partir de ahí, los acontecimientos enloquecen y, tal y como sucedió en el caso de Tomás Delgado -que demandó a la familia del joven que había atropellado para que le sufragara la reparación del coche-, la joven ultrajada se ha dedicado al cultivo de ‘perlas’.
Primero aseguró que Puertas era “una bellísima persona” que, sin embargo, no se había tomado aquel día la pastilla. Ahora, se descuelga con nuevas declaraciones en las que, entre otras cosas, anuncia que no cree que Neira “sea un héroe” y que, en todo caso, nunca debió intervenir en su defensa.
Aquí van tres hipótesis que intentan explicar tan insólita reacción:
1) La mujer pertenece a ese porcentaje indeterminado de personas a las que les va el maltrato psicológico o incluso físico. Consideran que tales prácticas se enmarcan en los usos y costumbres propias de una relación, sino sana, al menos sí apasionada. Así, cada golpe y cada humillación son finalmente pruebas de amor. Aunque preferiríamos ignorar la existencia de este tipo de pulsiones, lo cierto es que “el ser humano es extraordinario”.
2) La joven agredida actúa amedrentada y sometida a su maltratador. Incluso si se acepta este punto de vista, habría que reconocer que sobreactúa. Se entendería que no denunciara a su presunto agresor, y que guardara silencio respecto a Neira y lo sucedido en el vestíbulo del hotel madrileño. Sin embargo, su vehemente defensa de Puertas y su más o menos explícito desprecio hacia el profesor van más allá de lo necesario y hasta es posible que hayan causado la perplejidad del acusado, quien podría estar deseando que la mujer se callara de una vez. Lo que nos llevaría a la tercera hipótesis:
3) Preocupada por la imprebisibilidad de la Justicia, la mujer se está encargando de alimentar la hoguera de la indignación popular mediante el goteo de declaraciones incendiarias. Su objetivo sería mantener la atención mediática sobre un caso aparentemente nítido y garantizarse así una sentencia condenatoria contra Puertas lo suficientemente severa como para librarse de él durante una temporada tirando a larga.