Alberto Moyano

Un tertuliano televisivo teorizaba ayer sobre el ataque de vigorexia que padecen todos los inquilinos de La Moncloa, con la sabida excepción de Calvo Sotelo. Que si padel, que si tenis, que si footing… Zapatero se tiró hace unos días a la montaña y Cuatro emitió anoche el resultado en formato ‘sitcom’.

‘Desafío extremo’ es un programa presentado -más bien, protagonizado- por el montañero Jesús Calleja en el que, entrega a entrega, se repite el esquema: llegada al punto de partida de la expedición, comienzo del recorrido, aparición de primeras dificultades -más orales que otra cosa- del tipo “los guías no lo ven claro…”, “me fastidiaría tener que dar la vuelta…”, “vamos a ver si despeja…” A continuación se acomete la última parte del trayecto amenizado con el recuento de los fallecidos en anteriores intentos por esa ruta y, finalmente y sin mayores novedades, se completa la proeza.

ZP se apuntó a subir al Collado Jermoso de León de la mano de Calleja y aquello pareció el Rocío: escoltas, fotógrafos, periodistas, vecinos, el inevitable alcalde y hasta un primo del presidente que respondía al evocador nombre de Nacho Vidal, de segundo, Zapatero.

Para aclararlo todo antes de empezar, Calleja ya adelantó que, en la montaña, se impone el tuteo. A partir de ahí, se entregó con afán a amasar el nombre de pila de ZP: “Mira, José Luis”, “escucha, José Luis”, “¿qué tal vas, José Luis?”, “¿has visto eso, José Luis?”, “¿cómo lo llevas, José Luis?” e incluso, “nuestros padres se conocía, José Luis”.

José Luis, por su parte, iba sumergiéndose en un estado místico a medida que progresaba la ascensión, quizás embargado por la emoción de regresar a los parajes de su juventud, quizás desorientado por la falta de oxígeno.

Así, dejó para el recuerdo varios pensamientos de línea Coelho, tipo “la vida te cambia lo que eres, pero no quién eres” o “la montaña es una forma de vida”, como si la Presidencia del Gobierno no lo fuera.

Jadeando como un pervertido telefónico, el presidente llegó finalmente a su destino y allí, tras proclamar que se le había hecho corto, prometió nuevas y futuras expediciones, esta vez, en compañía de la familia. Y una vez más, la anunciada tormenta que amenaza cada episodio de ‘Desafío extremo’ no tuvo lugar.