Alberto Moyano
La cosa va sobre ruedas. Llevamos ya varios días de desfiles y los temores que apuntaban a que habría actos de protesta y sabotaje por parte de los firmantes del Manifiesto en Defensa de la Lengua Común se han visto desmentidos por la realidad. Por decirlo de otra forma, no han caído en la provocación que supone convertir Pasarela Cibeles en Madrid Fashion Week.
Por lo demás, todo genial. Ayer mismo, sin ir más lejos, presentaba sus creaciones una tal Anna Locking. “Una colección marcada por la ansiedad, la presión y la necesidad de triunfo. La tragecia inexorable del ‘danzad, danzad, malditos”, en palabras de la prensa madrileña.
Mucho más ingenioso aún se mostró Davidelfín -conocido anteriormente como David Delfín-. Su colección, bautizada como ‘Diastemia’ -término médico que se refiere al espacio excesivo entre dos dientes-, se inspira en la ortodoncia. El gran diseñador explica que de pequeño siempre quiso llevar aparato corrector, pero una dentadura que nada tenía que envidiar a un José Vélez, por poner un ejemplo, le impidió cumplir su sueño.
Por eso, ya de mayor y en perfecta posesión de sus facultades mentales, se puso uno. “Sonreía más. Y empecé a separarme las paletas. Es algo que me encanta”, cuenta el muchacho. Las crónicas recogen que el resultado de todo esto “fue ovacionado por delicado y audaz”. En vista del éxito, no se descarta que el próximo año se ponga orejas de soplillo o incluso se haga intervenir de una fimosis.
El barco puede que se hunda, pero que nadie diga que la orquesta dejó de tocar. Hasta las bancarrotas parecen de diseño. Si la crisis financiera lo permite, la juerga continuará hoy con los diseños de Javier Larrainzar, Lidia Delgado, Sardá, Alma Aguilar y Hannibal Laguna.