Alberto Moyano
1) El Día del Cine Vasco -sea lo que sea esto- trajo ‘La casa de mi padre’ a las pantallas. La película de Gorka Merchán concentra en una sola familia y en hora y media de metraje todas las posiciones posibles sobre el conflicto vasco. Puede que por eso resulte poco verosímil
2) Un empresario que huyó del impuesto revolucionario, su mujer -francamente harta de todo-, su hija -crecida en Argentina y por lo tanto sin ‘contaminar’, el hermano del empresario -ex concejal de HB, bebedor y en estado agónico-, el hijo de éste, un borroka perdido, y la mujer, hermana de un preso de ETA que se ahorcó en la cárcel.
3) La película realiza un minucioso recorrido por todos y cada uno de los tópicos. Quizás sea inevitable, pero también lo es que la cosa no funcione en pantalla. Las interpretaciones más que correctas de Carmelo Gómez, Emma Suárez y Verónica Echegui conviven sin problemas con las cuasiparódicas de Juan José Ballesta o la que hace de hermana del etarra ‘Bittor’, gracias un guión indoloro e insípido. La película es a la realidad lo que la vesión de Mikel Erentxun y Amaia Montero al ‘Lau teilatu’ original.
4) ‘Camino’, de Javier Fesser, relata la enfermedad, agonía y muerte de una niña de once años, perteneciente a una familia de Opus Dei. “Inspirada” en hechos reales, la cinta muestra el recorrido emocional de una madre que comienza el calvario ofreciendo a dios el dolor de su hija y acaba derrumbada ante el cadáver de la niña. Dicen que incluso un médico ha abandonado la sala de la proyección, escandalizado ante tanta intervención quirúrgica.
5) ¿Es una película sobre el fanatismo y sus múltiples utilidades? Pues sí, también. Tal y como ha explicado Fesser, nada como un buen puñado de certezas para capear cualquier temporal. El único de la familia que carece de ellas es el padre: un hombre que sufre tanto que, cuando muere en accidente de tráfico, el espectador respira alilviado.
6) Ha llegado Meryl Streep. Supermaja. Bueno, al menos, eso parece, venga saludar con la mano a cuantos le esperaban frente al María Cristina. A partir de mañana, nos ilustrará con sus recuerdos de una vida ejemplar, en la que el esfuerzo y la confianza en una misma, acaba teniendo su recompensa. Como Banderas y así.