Quizás se podría hablar del sosiego que la princesa ha introducido en
la vida de palacio, pero sería una burda mentira. Es más: cualquier
observador imparcial advertiría que cuando Letizia entra por la
puerta, la discreción salta por la ventana. Revistas censuradas, ceses
temporales de la convivencia, septorirnoplastias… Ahora le ha llegado
el turno a la más ‘profesional’ de la familia real que, a sus 70,
quizás haya decidido que ha llegado la hora de pasarse al campo amateur.
Ignorando los consejos de los que más saben de esto -“nunca, nunca
digas lo que piensas” (Vito Corleone)-, la reina ha decidido sentirse
mujer y sin dejar por ello de ser ella misma, con tan mala fortuna que lo ha hecho a lo largo
de una extensa entrevista con Pilar Urbano, maestra de periodistas. El
resultado de semejante encuentro es un libro titulado ‘La reina muy de
cerca’ -que es casi como ‘La reina por delante y por detrás’- y
subtitulado con el pavoroso ‘Pilar Urbano vuelve a Palacio’, más propio
de una novela de Stephen King que de una entrevista de estado.
Y en ésas estaban doña Sofía y su periodista de cabecera cuando la
primera, a pesar de su origen griego, comenzó a despacharse en contra
de que se denomine matrimonio a las uniones entre homosexuales y
mostrándose muy crítica con los desfiles del Día del Orgullo Gay, en
este segundo asunto, por motivos puramente relacionados con el tráfico rodado de
vehículos.
Parece mentira que una persona de mundo no termine de aceptar que
precisamente el concepto extremadamente abierto de la palabra
‘matrimonio’ es el que le permite amparar uniones tan insólitas -y aquí
no daremos nombres ni detalles-como las que estás pensando.
Hay que decir que las asociaciones y colectivos de gays y lesbi.anas no
han dejado pasar la oportunidad de ponerse en evidencia, pidiendo a la
reina que de inmediato se retracte, como si fuera posible hacerlo respecto a las opiniones propias.