Nada se parece tanto a un debate sobre sexo como otro debate sobre sexo. El guión es fijo: arranca con un tanteo, sube hasta rozar la procacidad y termina por reconducirse hacia el ámbito de “qué importante son el respeto y la comunicación”. El resultado suele asemejarse a una autopsia.
El momento de cambiar de canal es cuando alguien se columpia con aquello de “el principal órgano sexual es el cerebro”, frase que, para una mejor comprensión, debería ir acompañada del dato de que muchísimas personas con síndrome de Down disfrutan de una sexualidad exuberante.
Los ‘Keridos Monstruos’ de TeleDonosti abordaron anoche el asunto, sin mayores novedades. A pesar de todos aquéllos que albergan la esperanza de llegar a ser vistos algún día como simples objetos de placer y meros cuerpos deseables desprovistos de vida interior, los tertulianos coincidieron en la importancia de no cosificar a la pareja y tal.
A continuación, se emitió un reportaje sobre la evolución del vibrador, desde los antiguos modelos anatómicos hasta los diseños de última generación, no muy alejados de cualquier frasco de colonia navideño. En este punto, es importante recordar al espectador que la tele engorda.
No faltaron tampoco un par de llamadas extravagantes: la primera, para recriminar al programa su entrega incondicional al “vicio”; la segunda, para felicitarle por incidir en su carácter de servicio público.
Mientras tanto, en Gipuzkoa Telebista, cuatro plusmarquistas del Expoero.tikus -uno de ellos con una serpiente al cuello- desnudaban sus almas con revelaciones tan interesantes como “es importante combinar profesionalidad y placer”, dejando al conductor del programa sin palabras e inmerso en un ataque de melancolía.