Las buenas intenciones del Gobierno en materia de inmigración se perdieron en algún punto entre la quiebra de Lehmans Brothers y la explosión de la burbuja inmobiliaria. La noticia de que la Policía ha emitido -¿o más bien recibido?- la orden de detener por cupos a inmigrantes marroquíes apunta una vez más en la dirección equivocada.

Más que nada, porque el ideólogo de semejante ocurrencia ha de ser alguien extremadamente tóxico por cuanto establece discriminaciones entre los propios extranjeros en función de la cuantía de su expulsión, en lugar de -por poner un ejemplo- sus antecedentes. Así, un merodeador magrebí tiene más posibilidades de acabar detenido que un profesional albano-kosovar, por recurrir a dos clichés.

Desde el punto de vista pedagógico, la medida alimenta las peores patrañas sobre desempleo e inmigración, sirviendo de abono a las soflamas xenófobas que tarde o temprano acabarán tomando cuerpo. Y cuanto al asunto de la eficacia, la cuestión es: ¿qué problema se pretende resolver exactamente de esta forma?

Las instrucciones repartidas entre la Policía recomiendan limpiar el propio distrito y, en caso necesario, también el vecino. Una interpretación extrema de la directriz conduciría a la importación de marroquíes para su posterior detención, habida cuenta de que ésta se premiará con días libres para los agentes que las practiquen. La experiencia demuestra que cuando hay demanda, se crea la oferta. Cuando el juego se sitúa al margen de la ley, el vínculo entre ambas suele llamarse mafia.

Lo cual nos lleva una vez más al voraz pez que se muerde la cola: si aumentan las vacaciones de los uniformados disminuirá la presencia policial en las calles, lo que a su vez, redundará en una mayor inseguridad ciudadana.

El Ministerio del Interior, con la rapidez que caracteriza a su servicio de prensa, ya se ha apresurado a recalcar que todo esto no pasa de ser la aplicación estricta de la ley. Siendo así, no se entiende muy bien por qué es necesario incentivar con primas a quienes tienen la obligación de hacerla cumplir.