Incluso en un día tan marcado por el tedio televisivo como sólo puede serlo aquél que arranca con una rueda de prensa del presidente de la Real Sociedad -que ya es decir-, el debate electoral del anoche en ETB2 resultó un almohadón de plomo.
Fue la noche de la nostalgia: Aralar y Ezker Batua añoraron su vieja alianza; Basagoiti echó de menos a Gregorio Ordóñez y PatxiLo a Obama; Ibarretxe, por su parte, hubiera dado un par de consejerías a cambio de tener enfrente a Mayor Oreja y Redondo Terreros.
Tiene razón Iñaki(2): todos los candidatos no son iguales; mediocres sí que son, pero cada uno a su manera. Si alguno degradó la palabra debate hasta extremos inconcebibles fue Javier Madrazo, que se pasó la primera parte del debate en una burbuja intelectual para, a raíz de tratarse el asunto de la vivienda, saltar al cuello de Aintzane Ezenarro.
Basagoiti desperdició la velada a base de dar patadas en la espinilla a López, quien no se dignó a dirigirle la palabra una sola vez. En cuanto a Ibarretxe, su mensaje fue de optimismo: si el País Vasco se va por el sumidero de la crisis, antes tendremos el placer de asistir al hundimiento de España. Así lo atestiguan todos los indicadores económicos que esgrimió.
El sondeo realizado al término del debate entre 400 espectadores arrojó como resultado que para al menos la mitad, el ganador había sido el candidato del PNV. Idéntico resultado que el que se hubiera obtenido en un hipotético sondeo previo. Lo inverosímil es que un solo elector haya cambiado su intención de voto en el transcurso del encuentro entre los candidatos.