1) Vender el monovolumen de Fórmula 1 con el que habitualmente acudimos a trabajar, sea cual sea su escudería. Impide recoger a compañeros de oficina en el trayecto y por debajo de los 110 km/h provoca somnolencia, con el consiguiente riesgo de sufrir a plena luz del día poluciones nocturnas, con su correspondiente despilfarro energético.
2) Recurrir al transporte público en horas puntas, circunstancia que facilita notablemente viajar sin billete de forma intermodal, tanto en Dbus y Lurraldebus como en EuskoTren.
3) En el trabajo, acomodarse en un estatus laboral que nos permita guardar un equilibrio entre el exceso de responsabilidad propio de los cargos superiores y el exceso de trabajo inherente a los inferiores. Aprender a delegar las tareas propias de nuestro puesto y trabajar en equipo, rondeándose de un ejército de becarios en período de deformación que se ocupe de todo.
4) Acordarse de apagar las luces del bar cada vez que se va a salir al exterior a fumar, confiando en que se multiplicarán los ‘simpas’ al amparo de la oscuridad, lo que permitirá un cierto ahorro, si no a todos, al menos sí a los más emprendedores.
5) A la hora de practicar el sexo, limitarse a la postura del ‘misionero’ nos permitirá economizar hasta un 50% de energía dado que uno de los dos participantes deberá permanecer tumbado en actitud pasiva. Si la cópula se prolonga más allá de los dos minutos, recurrir a la simulación del orgasmo o a la eyaculación precoz.
6) Sin salir del ámbito del lecho conyugal, apagar las luces cuando te dispones a leer antes de dormir, bien mediante el dominio del braille, bien mediante la adquisición de cualquiera de los modelos de libro electrónico disponibles en el mercado.
7) Proscribir las esciciones en el seno de las formaciones políticas por cuanto constituyen un lujo insostenible que nos obliga a invertir una considerable energía en decidir a qué partidos no vamos a votar. El bipartidismo permite ahorrar hasta en un 75% de energía duarnte la jornada de reflexión.
8) Animar a los jóvenes que aún mantienen relaciones sexuales en el interior del coche a hacerlo con el vehículo estacionado, las luces apagadas y prescindiendo de extravagancias como hacerlo mientras suena en la radio “nuestra canción”. Si es necesario, recurrir a campañas de concienciación basadas en patrañas tipo “la imaginación es el mejor afrodisíaco” o “el cerebro es nuestro principal órgano sexual”.
9) Sustituir la ducha matutina en el hogar por un buen baño diario en la playa, al margen de la temperatura ambiente, ya que no sólo nos permitirá ahorrar en la cuenta del gas, sino también entablar amistad con ancianos vigoréxicos de todas las edades.
10) Hacer del sofá una prolongación de nuestro propio cuerpo durante el consumo masivo de telebasura, siempre dentro de unos parámetros de moderación. Al apagar el aparato, acordarse de depositar cada residuo en su contenedor: rojo para las confesiones de infidelidades, amarillo para los testimonios sobre el infierno de la droga y verde para los crímenes pedófilos.