Al candidato del PP a la Alcaldía donostiarra, Ramón Gómez Ugalde, le han robado los dos agentes municipales de cartón que durante esta semana le han acompañado en las fotos y de los que se comentaba que le ayudaban a mantener su notable actividad tuitera.

Hay que decir que los dos municipales de pega habían cosechado un
notable éxito en las redes sociales. Su posado junto a Ramón
Gómez había conseguido que apareciesen en la foto rebosantes de vitalidad.

De hecho, las tres figuras competían en fotogenia hasta el punto de que se hacía difícil apostar por uno de ellos como candidato ideal, un efecto logrado probablemente mediante la utilización desbocada de las nuevas teconologías aplicadas a la imagen.

El candidato considera que el hurto demuestra de forma incontestable el clima de inseguridad ciudadana que padece San Sebastián y la necesidad de convertir en agentes de carne y hueso a los dos monigotes.

La hipótesis, no por audaz menos verosímil, desprecia la posibilidad de que el autor del robo sea un acólito del propio Gómez que, en un intento desesperado por lograr que su candidato conserve al menos hasta abril alguna posibilidad electoral, ha perpetrado el golpe con el objetivo de impedir que el alcaldable continúe adelante en su imparable espiral autodestructiva.

Transcurridas varias horas sin noticias de los dos agentes volatilizados y descartada la hipótesis de que hayan huido por su propio pie -cosa que todos comprenderíamos-, las esperanzas se cifran ahora en que los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, incluso las de carne y hueso, logren hallar algún indicio que permita su localización. Y que los culpables reciban el castigo que se merecen o, al menos, un álbum de vestiditos recortables.