En una ciudad en la que la gente anula la reserva si el restaurante no le garantiza una mesa en el centro desde la que ver y ser vista, el Ayuntamiento bildutarra ha roto el hechizo al proclamar en pleno pleno que “no hay dinero”.
Aunque los expertos en economía que hasta aquí nos trajeron aconsejan ocultar la bancarrota cueste lo que cueste -al igual que el ciclista reventado sonríe a la cámara mientras sube derrengado la penúltima cuesta para no propiciar el ataque de los rivales-, el alcalde donostiarra, Juan Karlos Izagirre, optó ayer por la verdad -la única a la que nunca quisiéramos ver desnuda- y dividió su programa de gobierno de corte dontancredista en dos partes: aquellos proyectos que por desgracia nos cogen sin dinero y aquellos otros que afortunadamente nos pillan sin dinero.
Entre los primeros figura una Tabakalera camino de convertirse en un monumento imperecedero a la reunión tipo ‘Y ahora, ¿qué hacemos?’. Cuando había financiación no había proyecto y cuando por fin hay proyecto resulta que ya no hay fondos. En cualquier caso, apuesten lo que quieran a que la solución pasa por convocar una nueva reunión en en la cual se decidirá que lo más conveniente es encargar nuevos estudios.
En cuanto a Auditz Akular, el metro hasta el centro de la ciudad, la nueva estación de autobuses, el TAV o la pasarela de Monpás, no hay dinero, pero por fortuna, tampoco entusiasmo. Con la oposición convertida en una horda de ‘fashion victims’ y después de años acostumbrados a vivir por encima de nuestras posibilidades llega ahora un tiempo en el que toca sobrevivir por debajo de nuestras capacidades. Ahorrar nunca sale gratis. A veces, incluso es la opción más cara.
Lo que nos ahorremos en centros internacionales de cultura contemporánea puede quedar en calderilla comparado con lo que se nos irá en indemnizar a las empresas ya contratadas para la construcción de otras infraestructuras, también en el aire. En cuanto al alcalde, él sabrá lo que hace, pero que San Molinón le ampare si un hipotético descenso de la Real le coge con las pistas de atletismo aún puestas.