Las cosas están así: la presidenta de la AVT es una víctima del terrorismo islámico, aunque rara vez haga referencia al yihadismo. Su ‘número dos’ no consigue acreditar su condición de víctima de un atentado que se produjo en 1987, a consecuencia del cual sufriría supuestamente unas secuelas mentales que la psicóloga de la Asociación […]