JORGE F. MENDIOLA
La temporada televisiva nos está ofreciendo maneras muy diversas de encarar un reality. Pepe ha dado una lección de estrategia que pone en peligro el invento de Gran Hermano. Es como si hubiera descubierto el truco para resolver el cubo de Rubbick, pero en directo ante millones de espectadores. Se ha granjeado la antipatía de sus compañeros de encierro por su frialdad al afrontar los problemas que surgían en la convivencia. No quiero decir que Pepe no tenga su corazoncito, que lo tiene, pero nunca se ha olvidado de las cámaras y lo que significan.
Gran Hermano, por mucho que se empeñe Mercedes Milá, es un concurso por encima de experimentos sociológicos y paraísos de voyeurs. Pepe
ha bordeado las reglas en su propio provecho, con el resultado conocido: ganó con un 87,2% de los votos de la audiencia (la vasca es de las más adictas). Además de los 300.000 euros se merece una placa honorífica como el mejor concursante de todas las ediciones. Su secreto: competir con los compañeros y no con el público.
El polo opuesto es
Korta. El patrón traineril no está sabiendo capitanear a su equipo en la aventura de ETB
El conquistador del fin del mundo (lunes noche). Trata a compañeros y rivales con el mismo desaire, y cuando se enfada se convierte en una bomba de relojería. Con todo, la audiencia sabe agradecer lo
imprevisible, y Korta lo es. Su tozudez está surtiendo el efecto contrario al que él espera:
en lugar de servir como acicate para su campamento, le está minando la moral, ya por los suelos sin comida ni bebida. Ahora quiere saltarse a la torera las normas del programa y ha prohibido a los suyos que hablen ante las cámaras si no les traen agua. Cuando se vea en televisión…
LA HORA CHANANTEParamount Comedy se sacó de la manga hace unos años un programa que cada vez funciona mejor pese a sus escasos medios. Quizás ésa sea la clave del éxito. Humor cutre pero efectivo. Me encanta… (imprescindible para freakies)
FAMOSOS QUE CANTAN Y BAILAN
TVE y
Antena 3 parecen dispuestos a resucitar a famosillos de capa caída con concursos de cante y baile. Escuchar los graznidos de Sofía Mazagatos me ha hecho perder la fe en la música. ¿Nos salvará la SGAE? ¿Y cuánto nos cobrará?