La piel que acredito (IX): el gato sacrílego dice la verdad | El jukebox >

Blogs

Alberto Moyano

El jukebox

La piel que acredito (IX): el gato sacrílego dice la verdad

Joann Sfar es ahora mismo uno de los cocos más interesantes del panorama artístico europeo, pero como no escribe libros, sino que dibuja cómics ha tenido la suerte de pasar medianamente desapercibido, más aún en países como España, en donde este género sigue considerándose ‘menor’, pese a probar actualmente suerte bajo la pomposa denominación de ‘novela gráfica’. Así sea.


 


Al parecer, Sfar viene de Sofer, que en hebreo quiere decir ‘escribir’, aunque también es posible que el apellido derive de ‘sáfar’, que en árabe significa ‘amarillo’. Esta ambigüedad atraviesa toda la obra del dibujante y guionista francés, autor también de una extraña película sobre Gainsbourg.


 


Hoy hablará en Donostia (Casa de Cultura de Okendo, 19.30 horas, entrada libre) de la mano de DK Literatura y del Zinemaldia, cuya  adaptación cinematográfica de ‘El gato del rabino’ -su serie de cómics más conocida, por encima aún de ‘Klezmer’, un viaje al yiddishland poblado de judíos locos, titiriteros de la legua, tontos de ‘shtetel’ y violinistas compulsivos- se proyectó hace días en Zabaltegi, en medio de la inopia general propia de estos días en los que todos estamos inmersos en el descubrimiento de obras imperecederas que caducan al cuarto de hora.


El primer volumen de ‘El gato del rabino’ se publicó tres semanas antes de los ataques del 11-S. Situada en la Argelia de los años 20, la historia está protagonizada por un minino irreverente que tras zamparse un loro, aprende a hablar, momento a partir del cual, se dedica a desmontar los mecanismos que rigen la locura humana y a poner un poco de cordura en todo esto.


Se trata de un gato pellejudo, promiscuo, sacrílego, enamoradizo y un tanto cabrón. Se mofa de la religión –de todas las religiones-, y en especial de sus liturgias absurdas, pero también de las costumbres sexuales, las dobles morales y las convenciones sociales.


Sfar se inserta en la larga tradición de judíos vacilones y autoparódicos. Su lectura es peligrosa, en especial, para aquéllos que, no conformes con tomarse excesivamente en serio, encima están convencidos de ser respetables.


septiembre 2011
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930