Alberto Moyano
El jueves se falla el Premio Nobel de Literatura. A estas alturas, cabe
preguntarse que puede añadir el galardón a la carrera de un escritor,
sea cual sea el que se lo merezca este año, excepto la ya famosa sequía
post-Nobel, cuyo paciente más famoso es Gabriel García Márquez, seco en
la ficción desde aquel 1982.
«Lo único que parece claro es que la literatura testimonial está bien
situada», ha dicho Horace Engdahl, secretario permanente de la Academia
sueca y la pregunta que inmediatamente surge: ¿Literatura testimonial?
¿Y cuál no lo es? Pues a tenor de los nombres que se manejan, sería la
que practican escritores como éstos:
• Philip Roth: eterno candidato al galardón, su obra es tan grande que
uno podría preguntarse, en caso de que fuera el ganador, quien ha
premiado a quien. Su última novela, ‘Everyman’, aparecera próximamente
en España con el título de ‘Réquiem’. No pregunten por qué.
• Amos Oz: autor también de una obra potente, densa y extensa sobre la
convulsa sociedad israelí. Es lo que se conoce como un hombre de paz,
aunque su postura en el reciente conflicto con Líbano fue a favor de la
intervención militar, al igual que su colega y compatriota David
Grossman, que acabó perdiendo a uno de sus hijos en una de las
refriegas. Oz es un escritor con voluntad de grandeza. Cabe la duda de
si consigue alcanzarla.
• Orham Pamuk: suena mucho como ganador del Premio. En su contra puede
jugar su ‘juventud’ –54 años–; a su favor, su éxito como escritor turco
para paladares occidentales. Empezó como Faulkner del Bósforo y poco a
poco ha encontrado su propio estilo. Ya se ha llevado algunos de los
premios europeos más prestigiosos.
• Mario Vargas Llosa: Otro eterno candidato y un fantástico escritor,
pero no parece que este deba ser su año tras publicar una obran tan
menor como ‘Travesuras de la niña mala’. Por lo demás, su trayectoria
ilustra como pocas la del intelectual comprometido. Y aunque el Nobel
se concede al conjunto de una obra, lo cierto es que la última
publicada siempre pesa.
• Ryszard Kapuscinski: el periodista polaco de origen bielorruso ha
encontrado fortuna con sus libros-reportaje de sus andanzas por África,
Irán, Centroamérica y Rusia. El hombre carece de obra de ficción
publicada por lo que no se sabe muy bien qué pinta en la lista.
Se barajan también otros nombres como los de Milan Kundera (por Dios)`,
la argelina Assia Djebar o el sirio Adonis (Ali Ahmed Said Esber).
Hagan juego, la solución, el jueves, aunque bien pensado, ¿alguien
recuerda haber leído algo de Gao Xinjiang, Premio Nobel 2000?